Ser vegetariano en México

Por Fersinski
Para el post de hoy quise contarles la historia desde adentro de una persona que lleva una vida de vegetarianismo. ¿Sabemos cómo es ser vegetariano en México? Para muchos suena aburrido, complicado o incluso tomado como una dieta para bajar de peso... no es nada de eso.
Adán nos cuenta:
"¿Porqué decidiste?, ¿Hace cuánto?, ¿No la extrañas?... Son preguntas que me hace cada persona nueva que conozco. La única respuesta que tengo es la convicción, soy vegetariano porque no me gusta la carne y mucho menos la forma masiva en la que se obtiene.
En mi familia como en muchas otras, la carne se trató de algo más social que alimenticio… Hubo una vez que llegaron visitas a la casa y para hacer carnitas, a mi abuelo se le ocurrió matar a un cerdo en el jardín (No les recomiendo una experiencia así).
Para el post de hoy quise contarles la historia desde adentro de una persona que lleva una vida de vegetarianismo. ¿Sabemos cómo es ser vegetariano en México? Para muchos suena aburrido, complicado o incluso tomado como una dieta para bajar de peso... no es nada de eso.
Adán nos cuenta:
¿Porqué decidiste?, ¿Hace cuánto?, ¿No la extrañas?... Son preguntas que me hace cada persona nueva que conozco. La única respuesta que tengo es la convicción, soy vegetariano porque no me gusta la carne y mucho menos la forma masiva en la que se obtiene.
En mi familia como en muchas otras, la carne se trató de algo más social que alimenticio… Hubo una vez que llegaron visitas a la casa y para hacer carnitas, a mi abuelo se le ocurrió matar a un cerdo en el jardín (No les recomiendo una experiencia así).
Tiempo después, como muchos niños, tuve un pato que creció conmigo y con el cual me llegué a encariñar demasiado. Un día que regresé de la escuela, no lo encontré, solía esconderse así que no me preocupé. Fui a comer y ese día mi abuelita había hecho pollo en salsa verde. Noté que el pollo estaba un poco negro… Después de la comida, supe que me había comido a mi pequeño pato negro.
Con estas historias, seguro cualquier sicoanalista me diría que mi vegetarianismo es más un trauma. Insisto en que es convicción por mí y por los animales.
Muchas veces en México es común una invitación a comer. México es el país del taco. Saliendo del antro; “vamos por unos tacos”. Comida rápida; “una torta o una hamburguesa”. No puedo darme esos “lujos” y lo agradezco. Esto hace que me cuide más.
Una ida al supermercado tampoco es tan sencilla, por parte de las empresas no hay un interés por cubrir una necesidad de un mercado todavía pequeño. Lo más sorprendente que me he encontrado estando de compras, es chorizo de soya. Fuera de eso, la compras habituales son frutas, verduras y algunos lácteos.
Con todo esto, a cualquier persona que me pueda preguntar si le recomiendo ser vegetariano le diría un sí absoluto. Adiós al sueño de media tarde, adiós a la pesadez y por supuesto es más barata la verdura que la carne. El siguiente paso es hacer una pequeña hortaliza en casa y tratar de llegar a lo orgánico.
Ser vegetariano es parte de mi vida diaria, ser vegetariano es más que solo ensalada."
¿Tienen alguna experiencia parecida? ¿Algo que nos quieran contar? ¡Dejen sus comentarios!

Escrito por Fernanda Rodríguez del Peón