La primera palabra que nos puede venir a la cabeza al conocer el trasfondo y trayectoria de Sergio Prego es “fidelidad”. Fidelidad a una sala que ha sabido albergar y hacer brillar sus proyectos, la Galería Soledad Lorenzo, y fidelidad al espacio en sí en una serie de proyectos en los que ha destacado como discurso. Ahora, una vez más, Prego se vale de ambos para hablarnos de las interconexiones entre la escultura y su ubicación. Naturalmente, sin medias tintas, inundando el espacio expositivo a su disposición con una estructura neumática presostática, túnel y a la vez firme contenedor que juega con nuestras percepciones y definición de la arquitectura. Son 40 metros de longitud y 16 de perímetro, cifras nada desdeñables que se amoldan en todo momento a la galería.
Y no es la primera vez que Sergio Prego alcanza la abstracción a través de formas tan materiales como convencionales. En la 41ª edición de Art Basel presentó la obra Ikurrina Quarter, un cilindro neumático que pasaba de los 100 metros de largo y que el visitante podía recorrer al igual que su presente instalación, en activo hasta el próximo 14 de enero.
La muestra incluye, por si no fuera suficiente, “Estudios para permutaciones Bug”, una serie de esculturas de pequeño formato vinculadas al estudio para vídeo, la figura humana vinculándose a la geometría.
+info: Galería Soledad Lorenzo / Artículo en El País (Arco ’08)