Tanto en la nota de prensa de esta exposición como en esa fuente de información “fiable hasta cierto punto” que es la Wikipedia, coinciden en los muchos y variados usos del punto volado, un elemento ortográfico que, dependiendo del contexto, actúa de signo de puntuación o de diacrítico. Algunos ven en él un punto o una coma, los catalanes el ingrediente crucial a sus eles geminadas y, en tiempos de uso y auge del latín, como separador antes de que entrara en juego los tan necesarios espaciosentrepalabras. Por ello, la atención es inmediata cuando la sevillana Delimbo Gallery propone hasta el 30 de junio una exposición que gira alrededor de este grafismo fascinador, una muestra firmada por Nuria Mora y compuesta por más de 15 obras inéditas entre las que encontramos dibujos, pinturas, escultura e instalación. Una oda al punto volado erigida por una artista de creciente prestigio internacional, como puede confirmar una de las esculturas presentes en la sala, nacida de la colaboración con la prestigiosa revista Architectural Digest. Más allá de las buenas referencias, este “Punto volado” es un ejemplo de la capacidad de Nuria Mora para jugar con las formas, los patrones y el color y así ofrecer con sus resultados un imaginario adaptable a las necesidades físicas del espacio y sensoriales del público.