Vuelvo a Sevres Decoración. Hace ya unas cuantas entradas hablé de ellos y de la calle del Carmen. Mucho más que una calle y un pequeño microcosmos. Lo mismo que Sevres que no es sino prolongación de ella. Una imágen habitual, que siempre me impacta, es la entrada de un grupo de amigas, una preguntará por un encargo o algo que quiere ver, mientras las otras saludarán a Cristina, a alguna de las clientas o simplemente se pondrán a charlar entre ellas con la familiaridad y la confianza que es el estilo propio de Sevres. Y en mi vuelta de hoy tengo suerte porque además cuento con otra de mis anónimas modelos. Caras que no me gusta perder la ocasión de fotografiarlas y dar vida al vestido, al conjunto que quiero mostraros más allá de la percha y con la ventaja que en esa parte difícil que es encontrar el estilo que vaya bien a la persona Marta es una ayuda inestimable porque tiene claro lo que le gusta. Y sabe lucirlo. Y así, esa mañana de Noviembre fue revoloteando, escogiendo las prendas de las que os doy un adelanto. Y es que Marta es un torbellino... en dulce espera.
Blusón de Uno piú Uno