A mi público habitual puede sorprenderle que retome mis escritos sobre vida sexual hablando de sexualidad consciente.
Curiosamente, fue ese tema el que me hizo crear La Vida es Fluir. Sin embargo, si les extraña será por el modo en que lo hago ahora mismo.
Siempre he sido más de ir a lo práctico y a lo concreto que de ponerme a pensar en cuestiones como el tantra, por ejemplo.
Quizás se debe a que, desde que cambié la orientación temática del blog en 2016; he tenido la oportunidad de acercarme a colectivos muy peculiares y diversos, para dialogar e intercambiar ideas. De todas partes del mundo, y de todas las condiciones humanas imaginables.
¿Te pica la curiosidad por saber a quiénes me refiero? Pues permíteme rascarte.
Se trata de personas que buscan expresar su propósito de vida en relación con la sexualidad humana. Cuestión que me encanta, por cierto.
A esta gente la puedes encontrar en círculos de lo más variopinto; y sus ideologías personales van de un extremo a otro de cada palo.
Pero, a pesar de sus posibles diferencias irreconciliables, resulta que les une un interés común: cambiar el modo en que le damos voz a nuestra sexualidad, para cambiar cómo la vivimos… Y, con suerte, mejorar el panorama para todos.
De eso es de lo que quiero hablarte hoy.
Esto de conseguir una sexualidad consciente no me suena tan descabellado…
Ya decía Michel Foucault que, si controlas la conversación en cuanto a un cierto tema; podrás controlar también la forma en que la sociedad se relaciona con el mismo.
Puso como ejemplo el control sobre el sexo que la Iglesia Católica hizo en su día. De hecho, había todo un sistema de creencias y un código de conducta para evitar el placer y la autoexploración. Por supuesto, esto no hizo sino darle más interés a lo morboso y lo prohibido.
Somos humanos, y la curiosidad es nuestro mayor instinto 😉
Sin embargo, en la vida cotidiana las expresiones de la sexualidad se veían encorsetadas dentro de lo socialmente aceptable por aquellos que compartían la fe. Y en eso no se diferencia de cualquier otro código moral, sin importar que sean religiosos o filosóficos.
En la actualidad contamos con distintas tradiciones, y todas ellas tienen su influjo sobre cómo percibimos la sexualidad y nos relacionamos con ella.
¿Jugamos a “cómo ves el sexo si…”?
Por ejemplo, si practicas cualquiera de las tres religiones mayoritarias en este momento; tendrás en mente conceptos como la castidad.
De hecho, los religiosos tienden a evitar ciertas facetas del erotismo y a limitar su relación con los placeres de la carne. Como mencionaba antes, había directrices sobre el modo de vestir, de cuidar la higiene personal, de dormir y hasta de follar; para que no excedan el límite de lo casto. En consecuencia, tienen una sexualidad consciente a su manera.
Si te adscribes a la ideología de género y a la tercera ola del feminismo…
Entonces tendrás en mente conceptos como identidad de género y expresión de género.
Con esta dialéctica, se ha logrado una sexualidad consciente en cuanto a las condiciones en que alguien quiere tomar una decisión absoluta sobre quién es y cómo se manifiesta en el mundo.
Es mi opinión que genera tantos problemas como pretende resolver…
Pero que, al mismo tiempo; nos propone retos interesantes para abordarlos desde las distintas prácticas pedagógicas, psicológicas y sociológicas.
Si te fijas únicamente en lo biológico…
En tal caso, lo que te suena más son los conceptos de orientación sexual y erotismo. Es decir, las distintas conductas sexuales en función de tus deseos naturales y de tu relación con el placer.
También puede que te suenen el genotipo y el fenotipo sexuales, o lo que es igual; tu expresión genética y su manifestación en función del ambiente, tanto física como conductual.
Por supuesto, esto tiene una curiosa consecuencia:
En este sentido, una sexualidad consciente te llega cuando puedes observar y reconocer tus tendencias y conductas sexuales y los factores que influyen en ellas.
Según a quienes preguntes, te dirán que también se incluye la capacidad para adaptar tu conducta al entorno y al momento social, cultural e histórico.
Por eso no considero que las perspectivas biológicas sobre el sexo estén reñidas con las ideológicas… Pero eso son manías mías. A veces consigo reconciliar hasta lo irreconciliable.
Y si piensas únicamente en los Derechos Humanos y en la Salud a nivel mundial…
Pues te sonarán dos características más aparte del erotismo: vinculación afectiva y reproducción.
Junto con el tema del genotipo y el fenotipo, son los cuatro sistemas que componen el gran sistema de la sexualidad humana.
Entonces, ¿qué narices es eso de la sexualidad consciente?
Pues ni más ni menos que tomar una decisión racional y voluntaria de hacer lo que quieras con tu vida sexual; siempre que no jodas a nadie con ello.
Y ese nadie te incluye a ti. Por supuesto, significa lo que implica:
Que tengas clara tu orientación sexual.
Se definen únicamente tres: heterosexual, homosexual o bisexual.
Incluso así, es posible que dentro de tu orientación tengas deseos por personas que representen las cualidades que atribuyes a tu sexo deseado. Por supuesto, en ocasiones esto trasciende la cuestión biológica y se convierte en una identitaria.
Si sientes la inclinación a cambiar de orientación a lo largo de tu vida, es completamente normal. Y si eso te confunde o te genera problemas, hay opciones para recibir ayuda sin entrar en un embudo de la muerte.
Que tengas claras tus preferencias.
Especialmente en cuanto al estilo de vida y al modelo relacional; por no plegarte a deseos ajenos que no te representan. Si eres una persona de natural monógama, puede que lo tuyo no sea entrar en una relación poliamorosa.
Sin embargo, puede que sí te represente una relación abierta si en tus acuerdos está el explorar libre y sanamente. También puede que creas que es mejor alternativa que ir cambiando de pareja cada vez que te entre la curiosidad o que quieras seguir aprendiendo. Tú me dirás, que para eso están los comentarios. 😉
Que tengas claro aquello a lo que te prestas y a lo que no.
Hay prácticas socioafectivas y sexuales que no son para todo el mundo.
Algunas veces, lo sabes cuando lo pruebas. Otras te basta con saber sobre el tema para tener la seguridad de que no te interesa, y más bien te repele.
No hay nada de malo por no querer tener sexo anal o por no probar el BDSM; por decir algo.
Porque, por supuesto, todo lo que vivas ayuda a conformar tu sexualidad
Por eso mismo, algunas cosas están mejor como fantasías y otras pueden ayudarte a vivir mejor.
Con lo cual, habrá cosas que quieras experimentar para darte la mejor vida posible a todos los niveles. Aunque, por supuesto, no tiene por qué ser 100% en carne propia.
Existen la pornografía y el material erótico; y también los círculos, escuelas y asociaciones para la divulgación cultural de opciones para tu sexualidad.
Con ese mismo afán, te quiero presentar una iniciativa a la que me invitaron
Se trata del Primer Congreso Online de Sexualidad Consciente en Español.
El enlace anterior te enviará a la página del Congreso como referido mío.
Puedes disfrutar de las charlas de 30 expertos en sexualidad consciente, relaciones y temáticas asociadas del 5 al 11 de marzo.
Si lo deseas, también puedes comprar un acceso vitalicio. Así tendrás las charlas disponibles en audio y vídeo, para llevarlas donde quieras y consultarlas cuando quieras.
¿Qué temas se tocarán en el Primer Congreso de Sexualidad Consciente?
¡Te agradezco la pregunta! Y te voy a contestar con ayuda de un vídeo.
En la página principal que te dejé enlazada tienes listados los temas de las charlas y la agenda del Congreso; pero me parecía frío e impersonal mandarte allí a secas.
Le paso la palabra a Diana y Francisco:
¡Hasta aquí llegamos hoy hablando sobre sexualidad consciente!
Me apetece mucho tirarte de la lengua para conocer tus impresiones sobre la sexualidad actual.
Si lo deseas, comparte tus perspectivas sobre el séxodo, y las consecuencias de la influencia ideológica en la sexualidad.
Si lo prefieres, también podemos hablar sobre el factor cultural. En ese sentido, me interesa especialmente la variabilidad de la presencia y el uso del sexo en la expresión pública.
Por poner un ejemplo… Algo que me choca mucho si viajas a la India, por decirte un sitio notable por este contraste; es que al volver te das cuenta de que en casa nos lo venden todo con sexo.
Y hasta aquí puedo contarte…
Te espero en los comentarios, y nos leemos en la próxima entrada.
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