Arrecife, el primer vestido nupcial que me probé. Un diseño espectacular donde el modelo original se acaba transformando el 3 trajes para el día de la boda. Desde una interminable falda de escamas en color plata... pasando a una falda larga transparente... y, finalmente, queda en un minivestido donde la falda llena de plumas da una feminidad infinita a la novia. Que decir del detalle de la espalda, donde volvemos a épocas anteriores cuando los corsets se apretaban realzando el busto de la mujer y donde Jordi deja al descubierto la espalda femenina.
Coralina, el segundo vestido nupcial de Jordi Dalmau que tuve la oportunidad de probarme. A simple vista no fue uno de los que me impactó pero... una vez puesto, me enamoró. Los tonos azules junto con el tul y la pedrería que os contaba al principio eran un tándem fantástico. Los 150 metros de tul de la falda se desvanecían dejando paso a un vestido nupcial fuera de lo común pero... que cualquier novia querría lucir.
Tengo que agradecer a Jordi y a Mónica (su mujer) por haber aceptado mi locura transitoria y permitirme hacer este genial Showroom en el que disfruté como una niña con vestidos nuevos.
Gracias también a Joan Tudó (podéis ver más fotos en su blog)porque sin él estas fotografías dignas de una portada de Vogue (como él dice) no hubieran sido posibles.
¡MIL GRACIAS!
Fotos Joan Tudó.