Al terminar el instituto, Luca decide estudiar Economía en Berkeley. Es un gran salto, y no sólo geográfico: ahora cree que las finanzas son la respuesta a sus necesidades cuando hasta hace nada ha sido un chico de letras, interesado principalmente en la literatura contemporánea y la filosofía, pero se da cuenta de que, en realidad, protagoniza una huida, necesitaba alejarse un tiempo de su familia, o lo que es lo mismo, reencontrarse consigo mismo. Los primeros días se le hacen muy cuesta arriba… una noche, mientras camina sin rumbo, oye una fuerte discusión: un borracho está importunando a una joven. Sin pensárselo dos veces, se acerca para socorrerla. Es italiana… enseguida se hacen amigos.
Mientras tanto, al otro lado del mundo, en Milán, el padre de Alice ha perdido su trabajo y ella se ha visto obligada a buscar un empleo. La única razón que Alice encuentra para las ausencias de Luca a sus citas por Skype es que tiene una aventura. Mary le propone que dé un poco de su propia medicina y se líe con Guido, uno de los chicos más interesantes del Instituto; pero Martina, más prudente, le sugiere que espere a conocer la versión de Luca. Incluso se ofrece de intermediaria: tiene previsto un viaje a San Francisco y puede intentar averiguar qué ha ocurrido.