Por estas fechas, la mayoría hacemos un pequeño balance de cómo nos ha ido estos últimos meses y nos proponemos cambiar aquello que no nos gusta para el año próximo. No fumar, hacer más ejercicio y comer mejor son, sin duda, el top 3 de los buenos propósitos que nos marcamos cada año. No falla. Para el tema alimenticio, os recomiendo seguir los consejos de Michael Pollan en su libro "El detective en el supermercado" (In defense of food). Si no habíais oído hablar de él, pedídselo a los Reyes.
En él, Pollan explica, con todo detalle y de manera muy didáctica, las 7 normas básicas que hay que seguir para una alimentación sana. A modo de resumen, serían:
1. No comas nada que tu abuela no reconozca como comida.
2. No comas nada con más de cinco ingredientes, o con ingredientes que no puedas pronunciar correctamente.
3. Ni se te ocurra permanecer en el pasillo central del supermercado. La comida real tiende a estar cerca de la puerta del almacén, donde puede ser reemplazada rápidamente si se pone mala.
4. No comas nada que no se pudra.
5. No te empaches.
6. Disfruta del acto de comer con la gente que quieres.
7. No compres comida donde también compras gasolina.
Y como ejemplo de lo importante que es replantearnos lo que comemos y cómo lo comemos, un pequeño estudio de campo de una familia que se trasladó a España y que, a través de su blog, iba contando temas relacionados con la sostenibilidad del día a día en su nuevo hogar. De todos modos, parece que han dejado de publicar. Esperemos que no les haya pasado nada por comer cosas que no deberían.
El experimento va de uvas, la fruta por excelencia de hoy 31 de diciembre. La cosa empieza cuando ven que las típicas moscas de la fruta que hay en la cocina evitan las uvas -brillantes y perfectamente tersas y ovaladas- que dejaron sobre la encimera por descuido. Para realizar el experimento, pusieron en un plato unas uvas a temperatura ambiente (en verano) que tenían en la nevera y que habían comprado 15 días antes. Son estas:
El día 2, alguien se había comido una de ellas, pero el experimento avanza. No se aprecia ningún cambio en el par superviviente. En el cultivo de uva en España se acostumbra a utilizar cyprodinil y fludioxinil como fungicidas. La vida media de estos dos fungicidas aumenta si el producto tratado se refrigera. Según la Pesticide Action Network, estos productos, aunque no son cancerígenos ni alteran el sistema endocrino, pueden irritar las membranas mucosas del tracto respiratorio.
El día 3, aunque cálido y húmedo, parece no afectar a las uvas.
El día 4, bueno, el día 4 se llega a una conclusión prematura y es que, si se hace un experimento de este tipo, debe quedar fuera del alcance de los niños, pues el bebé se comió las uvas.
Sea como fuere, me parece muy interesante cuestionarse en cada momento lo que consumimos. De dónde procede, cuál ha sido su proceso de elaboración, ¿se han usado pesticidas?, ¿cuándo se recogieron?, ¿cómo se conservaron?,... Como consumidores, deberíamos conocer todo esto para poder elegir qué compramos.
Para este nuevo año que empieza, me gustaría poder tener acceso a toda esta información sobre los productos que consumo. Habrá que empezar a reclamarla...
Feliz año a todos.
+: Sustainable Spain
o: Del cerdo se aprovecha todo o Comida creativa o Patatotal