Si realmente quiero escribir un blog.

Por Paula Lesina

En el post anterior te prometí compartir cómo usar Pow toon para escribir tutoriales DIY y compartirlos de una forma diferente. Temo que voy a decepcionarte. Este post no es una descripción sobre el uso de una herramienta virtual. Todo lo contrario. Si te animás y tenés un ratito, seguí leyendo. Si no, gracias por pasar. Te cuento que estoy de reseteo desmesurado y en unas horas re-establezco los programas que sostienen este blog y el curso. 
Empiezo por decirte que...el valor de una herramienta online como la que te proponía es su novedad y la propuesta de facilitarte procesos de creación tecnológica que, de otra forma, necesitarían la intervención de un experto. No me canso de repetir que si puedo usarlas yo, cualquier mortal con un dominio precario de la tecnología puede usarlas también. Si tienen un mínimo sentido para vos, si te entusiasma la novedad o encontrás para ellas otro uso aplicable a tu realidad y tu contexto, esta desmesurada se considera cumplida.
Sin embargo, la novedad y su mejor versión "la innovación" no son necesariamente el camino que tenés que transitar. Las variantes que irrumpen en los medios como nuevas formas de hacer y decir no son más que posibilidades. Datos curiosos e incluso podrían considerarse una parafernalia atractiva pero completamente inútil.  Lo sé. Estás leyendo a una persona para la cual un kindle jamás va a sustituir la lectura física de un libro: su forma, peso, olor. La proliferación de recursos llega al punto de generar "ruido" en internet y sos vos quien decide cuándo y cómo querés usar o ignorar las propuestas alojadas en la nube. La novedad tecnológica es un impulso pasajero y en ocasiones errático que no cala en ninguna parte sin el ser humano que la usa. Y los seres humanos somos y seguiremos siendo seres de relatos. 
¿Qué te quiero decir con este descargo intelectual? Simplemente algo que vos ya sabías pero que necesito explicitar para que mi conciencia permanezca en serena convivencia con mi razonamiento. Quienes escribimos un blog encontramos en él una forma de comunicación. Una variante inusual del vínculo interpersonal susceptible de los propósitos vitales que le imprimas. Podés usar tu blog para comunicar una necesidad íntima, para encontrar compañeros de ruta, para mostrarle al mundo tu talento o para vender tus productos y servicios. Ninguna de las posibilidades es esencialmente distinta si tenemos en cuenta que lo que subyace a tu propósito es el vínculo con otro ser humano. No es una pantalla la que te espera cuando te enfrentás al teclado de tu computadora. Es otro individuo y su relato personal.

Si realmente querés escribir un blog...


Si realmente querés escribir un blog, los artilugios pensados para crear necesidades que no existían en vos, no son más que ruido. Pueden causar cierta fascinación inicial e incluso puede ser que existan algunos de ellos que utilices esporádicamente con un fin muy concreto. Pero lo que mantiene la estructura del vínculo con otro ser humano no es el artilugio, es el relato. Contar historias fue, es y seguirá siendo el fundamento de toda interrelación.  Puedo estar equivocada. Claro que sí. Pero es la intuición la que me guía en la afirmación y la muy jodida se equivoca poco. Cuando me avisa algo (en general en forma de retorcijón tripero) en general, me conduce por el camino del discernimiento.  
En honor a mi propia afirmación, te voy a contar algo. Escribí todo un post sobre el uso de Powtoon para quienes crean tutoriales en su blog. Era una entrada armada, lista. Estructuralmente irreprochable y con información de valor para un grupo de personas ávidas de nuevos recursos. Estaba programado para publicarse en un determinado horario de forma que fuera un contenido fresco para la mañana del miércoles, entre el café de la oficina y el comienzo de la jornada.
También tenía preparado el post para el curso "Blogger desde cero".  Una prolija recopilación  de las distintas variantes textuales que podés escribir en un blog. Una entrada que profundiza mi texto 20 tipos de post para tu blog y que significa un recurso instrumental para quienes siguen el curso y se están iniciando en el universo de la escritura bloguera. Es un post con mucho texto, título, enlaces y horario de publicación. Pero había algo incómodo en la perfecta simetría de ambos posteos. 
Me costó definir la incomodidad. Me costó dilucidar por qué no estaba conforme con lo escrito y cuál era el anuncio de la revuelta del triperío. Me empezó a dolor la cabeza y opté por la solución más simple (aunque no es la que habitualmente practico) y tomé un analgésico. Me acosté a dormir mientras Camilo y Fede hacían los deberes, con toda la culpa que eso me genera...Y dormí hasta que me desperté sin dolor de cabeza y con un certeza. Supe que es lo que me molestaba de estos post. 
Convengamos, son textos absolutamente comunes y corrientes en los cuales describo un recurso para usar si tenés tiempo y ganas. No tienen nada de especial. Y ese es el problema. No tienen nada de mí. Son textos escritos para satisfacer un calendario, para seguir una agenda editorial pautada para el blog pero no los siento propios. Ojo, que posiblemente vos los leas, porque tarde o temprano los voy a publicar no lo dudo, y no encuentres la diferencia que me descorazona. Pero yo necesité empezar de nuevo. Desprogramar entradas y volver a escribir.
Aún a riesgo de que abras el blog y no esté la publicación que esperabas, Aunque no te guste lo que estás leyendo, necesito escribir por qué me molestan los blog que pierden identidad. Esa es la carencia de mis post fallidos, una absoluta anodinia bloguera. El más desabrido menú para un enfermo. Una total ausencia de desmesura.

Conservar la identidad.


Este blog nunca tuvo demasiadas pretensiones, Realmente me gusta compartir lo que aprendo y debatir en los comentarios en función de tu opinión como lectora. A pesar de mí, crece y crece rápido. En función de mi propuesta abierta, recibo algunos mail con preguntas o dudas sobre cómo escribir un blog. Disfruto personalmente de contestar preguntas y ayudar a otras personas a encontrar su propio ritmo y estilo de escritura, Con el trabajo en el proyecto intensional descubrí además que lo que verdaderamente me satisface en este momento es creer, crear y servir. O dicho de otra forma, la verdad revelada es que encontré la mesura en el proceso de ayudar a otras personas a descubrir su camino, su talento, su forma de escribir e incluso de encarar el blog o su emprendimiento personal. Porque también empecé a recibir preguntas de esta índole, 
No me asombra el proceso. Soy docente y cualquier persona que haya elegido la docencia como espacio laboral siente que su lugar es en el intercambio de aprendizajes. De hecho, es el camino que quiero seguir pero, quiero que tenga mi estilo personal. No quiero que ni La Desmesurada ni Intensional se transformen en espacios "pro". En el peor de los sentidos de un blog pro. El solo hecho de imaginar mi discurso mediado por el relato de la venta de servicios me produce terror. 
Sigo asiduamente los proyectos de muchas mujeres increíblemente talentosas que hicieron de la venta de sus servicios por internet una forma de vida y lo que descubro es que si bien son personas sumamente interesantes y muy ricas en experiencia, sus blog son espacios creados para satisfacer el SEO, el marketing digital y la mar en coche. En ocasiones, ni siquiera los manejan ellas mismas y cuando les escribís un mail te responden sus asesores. Entiendo la situación...no la juzgo ni me pongo en el lugar de la condena. Simplemente que no quiero eso para mí.

De regreso a casa.


Puede ser que simplemente esté divagando, pero "ese" cambio hacia la pérdida de la esencia desmesurada fue el que leí en los post escritos para hoy. De pronto es simplemente una manifestación de mi miedo a dejar tras de mí una etapa e iniciar una nueva. Es probable. Pero lo cierto es que me resisto a perder la identidad, la misma que vos conocés como lectora, para publicar un post que seguramente va a ser más leído pero lo podría haber escrito cualquier otra persona.
Seguramente, este post no va a ser tan popular. Está escrito sobre la marcha, no tiene imágenes atractivas, es demasiado largo y poco convencional porque no sigue el patrón de maquetación para quienes leen escaneando contenido. Es un post desmesurado. Este sí es uno de mis post. No va a circular por las redes y quizás sientas que perdiste el tiempo leyendo tonterías que no te interesan pero es mi identidad la que se expresa en estas palabras.
Necesitaba escribirlo porque la escritura es la forma en la que encuentro el camino de regreso a casa y también porque es la forma en la que abro nuevos caminos. Tengo absoluta fe en que voy a encontrar la manera de acompasar el crecimiento del blog con mi relato personal y mi identidad para escribir. Curiosamente, el proceso de encuentro de esa identidad para mí, se produce escribiendo, Escribiendo lo que pienso, no contenido viral. 
Si sos lectora desmesurada y seguiste mi pensamiento hasta aquí, gracias infinitas. Te considero una amiga virtual. Porque solo las amigas te aguantan de esta forma la cabeza. Si sos suscriptora del curso, te pido unas horas de paciencia. Bien podría publicar la ficha que tengo preparada pero no la siento mía y sé que en el fondo, vos también lo sentirías. Dame un rato, recompongo el discurso y vuelvo. Necesito unas horas para resetear. ¿Nos leemos el viernes?