El cigarrillo es una de las drogas blandas por excelencia del siglo pasado y el actual, y por desgracia de cada vez es más habitual su consumo a edades menores.
La última buena noticia que nos ha llegado de las VI Jornadas de Formación para residentes de Pediatría es la conclusión a la que han llegado los expertos después de estudios varios y que determina que un adolescente que no pruebe el tabaco antes de los 18 años difícilmente lo hará después de esa edad.
De la misma forma, en las citadas jornadas también se ha expuesto que los hijos de fumadores tienen un riesgo moderado-alto de seguir los pasos de sus padres durante sus primeros años de adolescencia.
Estas jornadas se han llevado a cabo en la ciudad de Murcia y han reunido a varios especialistas ilustres en pediatría, con la intención de debatir y aconsejar sobre temas relacionados con el tabaquismo pasivo en niños y adolescentes, la obesidad infantil y el seguimiento nutricional en la etapa infantil.
Varias estadísticas que se han manejado durante la cita médica son las del tabaquismo pasivo infantil: más de la mitad de niños españoles viven a diario con el humo del tabaco en sus casas. Es por eso que, según palabras del doctor Manuel Sánchez-Solís, “el tabaquismo pasivo es también labor del pediatra”.
Se debe recordar que un niño está mucho más indefenso ante el humo del tabaco que un adulto, dado que respira más veces por minuto que este último y dispone de menor masa corporal.
Dejando de lado el tabaco, otros datos interesantes de los estudios son los de obesidad infantil, en los que algunos médicos han expresado que 2 de cada 10 niños en España sufren de sobrepeso u obesidad, siendo más propensos así a diabetes, asma o tensión arterial.
Gil Campos, profesional en obesidad infantil, remarca el factor clave que resulta educar nutricionalmente al pequeño desde su infancia, estructurando su dieta en cinco tomas diarias y equilibrándola con alimentos saludables.