Siempre puedes empezar de nuevo

Por Valedeoro @valedeoro


Un día cualquiera en marzo. Al organizar mis documentos tropiezo con una lista de objetivos para Febrero. Es curioso como sigo siendo incapaz de predecir correctamente lo que puedo o no puedo conseguir en un mes. La mitad de mis objetivos está a medio acabar, o ni siquiera los he empezado.

Sensación de fracaso total. Una vez más me planteo si vale la pena insistir, avanzar, planificar, ilusionarme, madrugar, tener tantos sueños y querer cumplirlas. ¿Por qué no puedo ser normal? ¿Por qué tanta ambición? ¿Por qué no me puedo conformar con lo que he conseguido y dejarlo estar?

Hoy es un nuevo día, llena de oportunidades

No he podido cumplir mis objetivos de Febrero. Al mismo tiempo he avanzado mucho más que si no me hubiera puesto ninguna meta. Empezar algo también tiene su mérito. Para mi, cada día es un nuevo inicio, una oportunidad, un descubrimiento. Los objetivos me permiten concentrar mi energía dónde aportan algo.

Tengo una cantidad definida de energía a invertir cada día. Puedo aumentar esta energía haciendo deporte, meditando, comiendo bien - pero sigue siendo finita. Y de una u otra forma gastaría esta energía. Depende de mi, en qué la puedo gastar.

Puedo escribir y compartir mis luchas y aprendizajes. Puedo salir a correr. Puedo hacer la croqueta con los niños en la sala. Puedo leer. Puedo inventar otro proyecto más para ejercitar mi imaginación y poner a prueba mi creatividad. Porque puedo.

Si me conformaría aún tendría que gastar la misma energía - sin tener mis objetivos como guía. Quizás iría más al cine, miraría más series, cotillearía con alguna vecina y discutiría con me pareja por sentir que la vida se me escapa de las manos.

Si hoy no estás satisfecha, cambia algo

Tomar las riendas de tu vida, definir tus propios objetivos y perseguirlas no es el camino más fácil. Y tampoco es el más difícil. Es el camino que mejor se ajusta a mi forma de ver la vida. Si algo no me gusta, intentaré cambiarlo. Si no puedo cambiarlo, intentaré reducir su impacto real sobre mi día a día. Y si no he llegado a mi objetivo, hoy empiezo de nuevo.

No hace falta esperar al 1 de enero, al próximo lunes, a que tengas tu título, a que te hayas casado, a que tengas hijos, a que los hijos hayan salido de casa, a que te jubiles, a que ganes la lotería. Puedes hacer el primer paso hoy. Puedes empezar ahora.

¿Qué esperas?