Sillas en la vereda de la vida.

Por Arte Mas Plus Mirta Ester Castillo. @artemasplus


De brillantes colores eran los almohadones de aquellas sillas que yo veía en la vereda.
Alegres y coloridos,  hacían festiva la tarde. 
Las contemplaba desde mi cómodo lugar, ese espacio que ocupo transitoriamente, como ésta fijado en las páginas de mi vida, de tu vida, de todas las vidas.
¡Cuánto color...qué indispensable es el color...el color en otoño, el otoño del color!!!
Miraba y soñaba, volaba, me transportaba a los colores de la vida, esa vida tan rica, tan compleja, tan seria que solo puede existir y ser real si se la comparte con una sonrisa.
En eso estaba, en el deleite del tiempo que transcurre lentamente, sin apremios y con mucho tiempo para mirar los alegres colores de almohadones de sillas que están en la vereda, en cualquier vereda, en la vereda de la vida.
En eso estaba,  cuando,.. de pronto...
Se cambio la imagen, los colores desaparecieron y las sillas fueron una sola, sin almohadones de colores, sin brillantes colores.
¿Qué silla en la vereda de la vida, era ésta?. 
Apareció inexplicablemente...¿acaso no lo es la vida?, mis sillas habían desaparecido convirtiéndose en una silla en sepia...la silla de la vereda de la vida que se torno distinta y extraña.
¿No se dónde fueron mis sillas de colores? ¿No se de dónde llego mi silla sepia? No busco explicaciones, todas  son sillas en la vereda de la vida, de mi vida, que vivo y acepto en su cambiante vaivén, porque,... todas son sillas en la vereda de la vida, de mi vida, de tu vida, de la vida...