Gran éxito en esta convocatoria: de 1.200 artistas presentados al certamen BMW de Pintura, el fallo del jurado ha sido el siguiente:
Primer Premio dotado con 25.000 € ha recaído en Silvia Cosío, por “Òsip Mandelshtam”, en la que retrata al poeta ruso nacido en la última década del S. XIX y que cultivó un pensamiento entre el simbolismo y el futurismo.
Obra que forma parte de su proyecto “El altar de los muertos”, la artista retrata al poeta anti-stalinista y dos veces encarcelado sentado en un banco (que ofrece diferentes lecturas), con un cuervo a su derecha (símbolo de las Artes y la Literatura así como de los peligros que le acechan) y lo que parece un sombrero sobre el suelo (representando que el poeta no estaba dispuesto a ocultar sus ideas. El retrato ha sido resuelto en acrílico y carbón con amplias pinceladas sueltas con una paleta de grises y tonos cálidos, creando una atmósfera de nostalgia y resignación.
Crédito foto El Cultural
La Beca Mario Antolín de Ayuda a la Investigación Pictórica es de 8.000 € y ha sido para Francisco Mayor Maestre por "Nunca entenderé por qué siempre te sientas en el borde del sofá".
El
Premio a la Innovación, con 6.000 €, se ha otorgado a la artista Ana Barriga por "Mande!!!"
La ganadora del Premio BMW al Talento más Joven, dotado de 4.000 €, ha sido Ginevra Maglia por su obra Niño Tigre, fallo que se dio a conocer a mediados del pasado mes de octubre, y cuya pintura vemos bajo estas líneas
En la pasada edición, el Primer Premio se lo llevó Victoria Iranzo por “Rue Africaine”. La beca se concedió a José Castiella por su obra “Fail anti stuff mechanism”, y La Ayuda a la Innovación se le otorgó a Carolina Ferrer por “El lugar de la espera”. Finalmente el Talento más Joven reconoció a Helena Serrano Louro por su acuarela “El baño del gato”.
Bajo estas líneas, imagen de la obra galardonada con el Primer Premio BMW 2020 (35º edición), cuya autora Victoria Iranzo Pons (trabaja tanto la pintura como la escultura) empleó la vestimenta como una capa extra de protección del ser humano, como sustituto de la piel o bien para su refuerzo extra. La mujer representada con cabello negro “viste” un abrigo blanco de piel o pelo blanco. Obra de representación muy minimalista; según su autora el personaje representado se siente segura gracias a la protección del abrigo.
En la 34º Edición del BMW (2019), el primer premió se le concedió a Javier Palacios Rodriguez por “Magic Dream”, bajo estas líneas.
El artista gaditano, con este merecido premio, ahonda en la obra sobre la espiritualidad y la dualidad materia-espíritu. Los dólmenes de los que parte, a fin de cuentas, son un vestigio aún presente en nuestra geografía, empleados en la época neolítica como túmulos o lugares funerarios, donde anclar las almas de los difuntos.
Con esta obra el pintor nos recuerda que la naturaleza mantiene recuerdo de todo lo que ya no está, pero fue, y las vibraciones de quienes trabajaron o estuvieron en contacto con las piedras continúan atrapadas en la mismas. La piedra puede estar muerta (en el sentido de vida biológica), sin embargo fue testigo mudo del ancla espiritual de nuestros ancestros hacia la misma. Ahora, Javier Palacios le pone voz con su obra, para recordarnos que la energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.
El artista empleó diferentes imágenes de dólmenes para construir su particular visión y hacernos partícipes de la misma a todos. Las formas líticas parecen simbolizar cinco dedos, una mano en disposición armónica, que intenta evitar la caída de una piedra entre los dedos meñique y anular (quizá una ayuda humana ejercida por nuestros antepasados), mientras en la palma se aloja una piedra dispuesta verticalmente, “sintiéndose” en un lugar seguro, arropada y protegida.
Al margen de lo que para mí o para usted pueda simbolizar esta obra, cabe destacar los numerosos registros cromáticos de la pieza y su impecable composición, en perfecto equilibro en esta particular mirada al pasado.