Como os dije en la reseña del último CD de Simple Plan, la semana pasada fui a su concierto, donde presentaban Taking One For The Team, su nuevo disco. También os prometí la crónica de lo que fue el concierto y ¡aquí la tenéis! Espero que los nervios que pasé no me hayan traicionado y me hayan hecho olvidar algo de ese día. Fue especialmente mágico.
¡Empecemos!
La primera alarma sonó en el piso de mi amiga Laia a las 5:30. La intención era de levantarnos, prepararnos e irnos al Sant Jordi Club de inmediato. Pero llovía, llovía muchísimo, así que decidimos seguir durmiendo y levantarnos a las 8:30.
La alarma volvió a sonar, pero esta vez granizaba. Pendientes de la predicción del tiempo y de lo que decía la gente por twitter, decidimos dormir un rato más y levantarnos a las 9:30.Nos levantamos y, por suerte había dejado de llover, aunque el cielo tenía muy mala pinta. Nos arreglamos, cargamos de provisiones y cogimos el metro hasta Plaça Espanya. Una vez allí, cogimos el bus que nos dejaría delsnte de la Anella Olímpica de Montjuïc, donde se llevaba a cabo el concierto.Una vez allí nos sentamos y empezamos a pasar el tiempo, las 8 horas que teníamos por delante. Llovió durante el día, poco, pero llovió. Eso sí, pasamos mucho, muchísimo frío (de aquí a que ahora esté acatarrada).
Eran sobre las 4 de la tarde que los primeros teloneros, The Bottom Line (que ya hacía rato que se paseaban por dentro del recinto), salieron para promocionarse y estar con los fans. Pude verlos muy de cerca, y la verdad es que son unos chicos muy majos y divertidos, nos ayudaron a pasar el rato.
Poco a poco se nos fueron añadiendo unas amigas en la cola, hasta que a las 6:30, seguridad empezó a mover la cola y a organizarla. La hora se acercaba. Después de tanto rato esperando, por fin nos movían, por fin empezaba a ser consciente de que iba a ver a uno de mis grupos favoritos en directo.
Cuando debía faltar una media hora para abrir las puertas del Sant Jordi Club empezó a llover. Hasta aquí todo bien, si no fuera porque de repente comenzó a granizar.
Estábamos empapados y pasando frío, cuando vimos que por fin los primeros empezaban a entrar. Empecé a ponerme nerviosa. Pasamos el primer control de seguridad, validaron las entradas... y ya estábamos dentro. Yo no me aguantaba de los nervios, así que fuimos directamente hacia el escenario. Dentro de lo que cabe, conseguimos un buen sitio, bastante cerca.
Y empezó. The Bottom Line tocaron algunas canciones, hicieron alguna cover y dejaron que Ghost Town, los segundos teloneros, subieran al escenario. Ahí yo ya estaba con unas ganas increíbles de ver a Simple Plan, solo quería que Ghost Town terminara para poder cantar a todo pulmón las canciones que llevaba tanto tiempo escuchando.
Terminó Ghost Town. Cambiaron el escenario, mientras mis nervios aumentaban desmesuradamente. Los focos se pusieron rojos y los primeros acordes de una guitarra sonaron por los altavoces. 6 años esperando este momento y por fin había llegado, por fin podía verlos en directo.
Empezaron con una de sus nuevas canciones, Opinion Overload. La energía que transmitieron nada más pisar el escenario era increíble. Se notaban los 17 años y toda la experiencia que han ido adquiriendo. Me encontraba en una nube: cantaba, saltaba, me divertía y lo disfrutaba mucho, muchísimo.
Jet Lag fue la siguiente, Jump, I'd Do Anything... Hasta hicieron una cover de Uptown Funk, de Bruno Mars. Interactuaron con el público, sobretodo David: siempre estaba saludando a los fans. Tocaron en directo por primera vez Kiss Me Like Nobody's Watching, una de las canciones de Taking One For The Team, y en Summer Paradise, una de sus canciones más conocidas, sacaron un montón de pelotas de playa gigantes para que el público se las fuera pasando.
Las últimas canciones del concierto fueron This Song Saved My Life y Perfect, las más emotivas. Debo decir que no soy de las personas que lloran, pero en Perfect, sabiendo la historia tras la canción y sabiendo, además, que era la última canción del concierto, me saltó la lagrimilla. Fue impactante, impresionante y mágico.
Pero si tuviera que escoger un momento, sería en el que ellos estaban hablando entre canción y canción y de repente, todo el público empezó a corear "Simple Plan, Simple Plan". Al darse cuenta sonrieron, y esa sonrisa me alegró, más si cabe, la noche.
También me quedo con el silencio previo a Perfect. Toda la sala calló, esperando que Pierre, el cantante, empezara a cantar. Fue impresionante.
Y el último momento que me gustaría destacar fue durante Welcome To My Life. Fue la primera canción que descubrí de ellos, fue la canción con la que me identifiqué y me identifico, fue la canción que me hizo estar ahí el sábado pasado. Sin esa canción nada hubiera sido posible, y la estaba cantando a pleno pulmón junto a ellos. Una vez más, fue mágico.
Supongo que tras toda mi charla ha quedado bastante claro que fue un concierto inolvidable. Llevaba mucho tiempo esperándolo y por fin lo conseguí, y no puedo estar más feliz por ello. Por último, quiero agradecer a las chicas con las que estuve todo el día por haberme aguantado y que sin ellas no hubiera sido lo mismo, ni mucho menos. Disfruté muchísimo cumpliendo uno de mis sueños a su lado, y espero que nos queden muchos conciertos más por compartir.
¡Nos leemos el martes!