(Thomas Stearns Eliot)
Confesión. No sé dibujar. Entiéndeme, no sé dibujar en absoluto. Por eso, para mí es una temeridad hacer un trazo si no es a lápiz. Lo bueno del lápiz es que se puede borrar ... hasta que experimentas la sensación de arriesgar por primera vez. De pintar una pared limpia con spray. De caminar en pleno mes de febrero sin medias.
Yo soy de ésas. De las que en cuanto vislumbran el primer rayo de sol, se quitan las medias. Haciendo frente al frío de febrero, a las pulmonías o a las antiestéticas piernas blancas de invierno. Porque a veces, hay que arriesgar.
Tirarse a una piscina sin agua, dejar el lápiz en el estuche, quitarte las medias en invierno y sentir el aire frío. A veces, hay que coger el spray y ver qué sale.
Y ponerte un brazalete de verano en pleno febrero. Arriesgar. A tontas pero no a locas. Por eso, viene bien protegerse con unas medias de punto negras. Y dar la vuelta, si no al calcetín, sí a las botas.
Y reinventarte, aunque aún no haya terminado el invierno. Y permitirte ser más libre aunque aún no haya llegado el verano. Y pintar aunque no sepas. En absoluto. Y dejar el lápiz para los que quieran borrar su rastro. Yo pinto con spray.