Sin ti no soy nada

Por Psicoanalistalauralopez
No es infrecuente encontrarnos con una ideología acerca de la “soledad” tan frustrante y alienante que llevan a la persona a volcar todas su esperanzas y fantasías en una relación ¿pero bajo qué precio? A veces estar en pareja, da una ilusión de tranquilidad, de sentirnos resguardados bajo los brazos de un “amor” que, sobre todo, nos hace sentirnos acompañados. El hecho de que otro ser humano esté próximo reconforta, y alivia ese “síntoma” disfrazado. Así se pueden llegar a vivir situaciones en las que todo vale con tal de conservar ese “estado de felicidad”. Cuando la posición femenina entra en juego (esto puede acontecer tanto en hombres como en mujeres, decimos en psicoanálisis que en lo psíquico coexisten posición masculina y femenina), se pueden vivir auténticas decepciones y sometimientos en los que a toda costa se busca esa fuente de seguridad. Si tenemos en cuenta que el amor es el sentimiento de la especie que hace que exista la reproducción, es importante entonces que produzcamos nuestro sujeto psíquico, tan incomprensiblemente olvidado en aras de unas pasiones reguladas por la especie. Crezcamos, cultivemos nuestros propios deseos transformemos ideologías que nos hacen someternos y tener una idea equivocada de lo que es el amor, un sentimiento que, ante todo, civiliza en introduce al ser humano en su relación con los otros. “Contigo o sin ti, soy feliz”.
Laura López, psicóloga-psicoanalista