Elena F. Guiral
Que mejor plan para una soleada mañana de primavera que aceptar la invitación de Asebio para asistir a la presentación de su informe 2010, la gran cita biotec del año (con permiso de Biospain, claro está).
Llevo más de una década cumpliendo con este ritual que para mí significa el fin del curso y el comienzo del verano. Y eso que en esta ocasión se ha adelantado la presentación al mes de mayo. Lo que comenzó en los albores del siglo poco menos que como una reunión de amigos en el hotel NH Abascal, fue tomando cuerpo y entidad en la sede de la CEOE para recalar después en el auditorio MAPFRE.
Sin embargo, este año el informe Asebio se presentaba en uno de mis lugares favoritos, el salón de actos del CSIC, al que tengo especial cariño porque me siento muy vinculada a él a través de mi trayectoria profesional, ya sea como organizadora de eventos o como invitada. Al parecer no soy la única, ya que tanto Emilio Muñoz, presidente del Comité Científico de la asociación, como la propia ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, hicieron referencia a él en sus presentaciones.
El informe recoge como el sector biotecnológico español entra ya en una etapa de madurez, mirando principalmente al exterior, y demuestra un año más su potencial. En 2009, según datos del INE, se facturaron más de 53.000 millones de euros. Pero lo más sorprendente es que esta cifra supone un aumento del 70% respecto a 2008. La explicación la ofreció José María Fernández Sousa-Faro. “El carácter transversal de la biotecnología ha hecho posible que cada vez más empresas consolidadas la incorporen a sus productos y servicios”. En paralelo se cita la cifra de empresas dedicadas exclusivamente a esta tecnología, que asciende a 399. Un 30% más que en 2008. Dieron trabajo a 150.000 personas, lo que supuso un aumento del 37% respecto al año anterior.
Muy buenas vibraciones sobre la situación del sector. Pero no hay que olvidar que todavía no soplan vientos macroeconómicos favorables y seguimos inmersos en una coyuntura económica compleja que está restando el oxígeno necesario, la inversión privada, para un sector que necesita una elevada inversión en I+D+I y mayor tiempo de espera de beneficios.
Quizás sea éste el motivo de que el aumento más discreto en cifras, un 5,4%, corresponda a este apartado. Aunque se impone matizar que estos 485 millones de euros invertidos en 2009 suponen el doble que los invertidos en 2005, 201 millones de euros.
Andalucía es la comunidad que demuestra más lozanía biotecnológica. En 2010 acaparó el 25% de la cifra nacional de creación de nuevas empresas biotec, 57 en total. Le sigue a corta distancia Cataluña, con un 23% del porcentaje total.
Repasando otros datos relevantes y curiosos comentar que por primera vez el sector alimentación (42%) supera al farmacéutico en presencia biotec y que el informe Asebio incluye por vez primera un capítulo sobre Responsabilidad Social Corporativa.
Mi ministra favorita, Cristina Garmendia, fue la encargada de poner el broche de oro a la presentación. Garmendia quiso destacar la reciente aprobación por el Senado de la Ley de Ciencia, que incluye en su desarrollo una antigua aspiración del sector biotec, la creación del Estatuto de Jóvenes Empresas Innovadoras que recibirán una protección y cuidado especial por parte del Ministerio. También destacó que a lo largo de 2011 se destinarán a través de diferente programas 280 millones de euros al sector salud y especialmente al ámbito de la I+D+I biofarmacéutica.
Que la presentación del informe Asebio es una cita muy especial para Cristina Garmendia, ex presidenta de la asociación, salta a la vista. Lo demuestra el hecho de que en lugar de salir a toda prisa tras la clausura, costumbre corriente entre los políticos, quiso compartir impresiones con los asistentes en el cóctel posterior. Es más, como la novia de la boda, se quedó hasta el final. Y nosotras lo sabemos porque… también lo hicimos. Esta cita especial, bien lo merece.