Síncope en perros

Por Jose @E_deperros

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Generalmente los desmayos asustan al propietario, sobre todo si son duraderos e intensos o si se producen por primera vez. En términos médicos, la palabra síncope se utiliza para referirse a un desmayo. Se trata de un síndrome, no de una enfermedad.

En el momento en el que se produce, se ocasiona una pérdida repentina, breve y reversible de la consciencia y del tono postural, lo que hace que el perro, en un primer momento, entre en un estado de rigidez, entre otros síntomas que detallaremos a continuación.

Existen razas más propensas que otras a sufrir síncopes como son: Boxer, Carlino (Pug), el Golden Retriever, el San Bernardo, el Pastor Alemán, el Terra- nova, el Bull Terrier, el Braco Alemán de pelo corto, el Gran Danés y el Rottweiler.

SÍNTOMAS ¿CÓMO IDENTIFICARLO?

Al comienzo del síncope se observa una debilidad muscular para, posteriormente, pasar a desplomarse a un lado en el suelo quedando rígidas sus extremidades y observando una respiración lenta. En pocos segundos se produce la pérdida de consciencia.

Los dueños suelen describirlos como “dormidos o muertos” puesto que la cabeza suele desplazarse hacia atrás con los ojos abiertos. En esta circunstancia se observa en el perro una falta de respuesta.

En los momentos siguientes, durante el episodio de desplome, el perro puede sufrir espasmos, así como micción y defecación debido a su falta de control corporal.

Muchas veces, estos espasmos se deben a la recuperación y la lucha del animal por ponerse en pie, por lo que las convulsiones únicamente pueden ser movimientos de incoordinación. Transcurridos entre 30-60 (interminables) segundos, el perro se recupera rápida y totalmente.

CAUSAS ¿QUÉ HA PODIDO PRODUCIRLO?

Estos episodios pueden presentar diversas causas. En la mayoría de los casos, tienen su origen en circunstancias desencadenantes como el esfuerzo físico, el estrés o la ansiedad.

Se deben a cardiopatías que producen taquiarritmias. El corazón se descompensa elevando la frecuencia cardiaca hasta el punto de que no se produce un volumen de sangre bastante para satisfacer las necesidades de los órganos en cuanto a oxigenación. Al no llegar sangre (y, por consiguiente, oxígeno) al cerebro, se produce el desmayo.

¿En qué otros casos pueden ocurrir?

  • Epilepsia: los síncopes procedentes de ataques epilépticos se producen de una manera espontánea o durante circunstancias de reposo o sueño.
  • Origen cardiaco: causado por arritmia u obstrucción en el ventrículo, cardiopatías o anomalías congénitas.
  • Hipoperfusión cerebral: disminución de flujo sanguíneo al cerebro, así como falta de aporte de oxígeno al mismo por una disminución de la presión arterial.
  • Tumores.
  • Hipoglucemias, conocidas como bajadas de azúcar en sangre.
  • Efectos secundarios de ciertos medicamentos.
  • Excitación o estrés si el perro sufre la llamada “ansiedad por separación”, al reencontrarse con su dueño.
  • Síncope situacional: tos profunda y reiterada, deglución o contracción abdominal por micción o defecación debido al esfuerzo y la falta de oxígeno.

DIFERENCIA ENTRE EPILEPSIA Y SÍNCOPE

Lo más normal es que, la primera vez que ocurre, los dueños piensen que el perro está sufriendo un ataque epiléptico puesto que los síntomas pueden llegar a ser bastante parecidos. Para poder distinguirlos en un primer momento, y así ayudar a nuestro veterinario, se puede atender a estas diferencias.

  • La epilepsia está caracterizada por espasmos que duran más de 20 segundos además de un estado de confusión posterior de mayor duración que, a diferencia del síncope o desmayo, se acompaña de calambres. La aparición de calambres puede indicar probablemente un episodio epiléptico.
  • Después de un episodio de desmayo, el perro se recupera en cuestión de segundos o incluso, como máximo, uno o dos minutos. A pesar de la corta duración, pueden permanecer aturdidos o confusos durante unos cuantos segundos. En el caso de que la desorientación sea más prolongada, podemos hablar de un indicativo de ataque epiléptico.
  • Después de un síncope, lo más normal es que se produzca agotamiento y fatiga durante las horas posteriores. El agotamiento o fatiga pronunciada es mucho más frecuente en un ataque epiléptico.
  • Por el contrario, las convulsiones son igual de frecuentes tanto en ataques epilépticos como en desmayos.

TRATAMIENTO ¿QUÉ DEBO HACER?

En primer lugar, acudir urgentemente al veterinario. Allí, lo primero que le realizarán será un electrocardiograma en reposo. En este caso, lo más probable es que el resultado sea completamente normal por lo que, lo recomendable será repetirlo mientras el animal realiza un esfuerzo.

También suele realizarse un hemograma completo para descartar la anemia, así como determinar la glucosa en sangre para descartar una bajada de azúcar o de electrolitos para descartar una bajada de calcio.

Es aconsejable que el veterinario realice un ecocardiograma para identificar o descartar una posible anomalía cardiaca. Si, posteriormente, se sospechase una cardiopatía o enfermedad respiratoria, se recomienda una radiografía torácica.

Todos esos análisis deberían formar parte de la exploración básica. Si el veterinario así lo considerase, puede realizar otras pruebas complementarias (tomografía o resonancia).
El tratamiento varía depende de la causa que haya provocado el síncope y corresponde al facultativo determinarlo. Puede ir desde la implantación de un marcapasos, así como la retirada del medicamento que los produce.

Por supuesto, si la causa fuera excitación o estrés, se deberá mantener al animal en un ambiente estable y relajado donde el estrés sea reducido. En caso de tumores, se aplicará una cirugía o las determinaciones médicas que el veterinario considere. Incluso es posible que sea la alimentación la causante de dichos desmayos.

En todo caso, si es la primera vez que le ocurre a tu perro, lo recomendable es mantener la calma y acudir de manera inmediata al veterinario tanto para descartar posibles complicaciones como para localizar cuál es la causa y así poder atajarla lo antes posible.

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