Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
En la exposición Sincronizando hilos y rizomas que acoge Casa Asia de Barcelona Chiharu Shiota presenta dibujos, instalaciones y videos conectados formal y semánticamente. Los tres elementos carecen de una clara narrativa o secuencia de principio a fin, como el propio rizoma. En los dibujos vemos trazos rojos hechos con las manos; líneas rojas que recuerdan a venas y que contienen sangre que marca, que riega todo el organismo, sin divisiones. Sangre que deja huella, como el nombre de la artista; sangre roja que marca existencia y muerte. Sangre que fluye de los dibujos al vídeo de tubos enredados entre los que el cuerpo desnudo de la artista se sacude como un animal que está agonizando, al ritmo de un corazón estropeado. Venas, conductos que traspasan y envuelven tejidos, cuerpos, lienzos, organismos, textos e historias de identidad y recuerdo.
Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
En las instalaciones las venas se hacen hilos, cuerdas que dificultan el acceso y dejan entrever objetos cotidianos usados, dotados de inteligencia y de memoria. Objetos con marca, también; objetos que piden existir porque saben que están muertos. “The dress is my second skin” afirma Shiota. Una segunda piel con más memoria. Capa sobre capa, día tras día, la muerte imbricada en la vida. El piano está roto, no se deja tocar, pero se dejó tocar durante algún tiempo y ahora existe, podemos escuchar la música que acariciaron unos dedos. Las maletas, vacías de objetos, revelan necesidad y tránsito, el paso del tiempo. Ahora, apiladas y arrinconadas, nos conducen a un silencio aterrador, al abismo, al exterminio de la materia.
Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
Y en esa hermosa maraña de venas, hilos y cuerdas el sujeto hecho objeto se siente atrapado, perdido.Como espectadores y caminantes en este bosque oscuro sentimos ausencia, miedo, claustrofobia, soledad, molestia. Nos arropan pero nos retienen, no nos dejan volar. Sentimos la angustia de vivir a través de la tela de araña. Impacta el vestido de novia blanco, vacío, sin accesorios ni celebración. Un vestido utilizado, con información y recuerdos pero que ahora está ahí, demasiado solemne y suspendido en la nada. Ese vestido blanco nos sobrevivirá.
Los videos juegan en torno a la imagen del capullo: la vida o la muerte en la imbricación. Se trata de niños que hablan sobre la gestación y el parto, sobre su propio nacimiento y salida del cuerpo de la madre.
Más allá del enorme placer e impacto estéticos, el concepto de identidad de la joven artista japonesa nos transporta al rizoma de pensadores como Carl Gustav Jung, quien reflexionó sobre el espacio subterráneo de la vida y a Gilles Deleuze y Félix Guattari en su denuncia a las estructuras arborescentes a favor de un pensamiento descentralizado y diversificado. Y qué mejor concepto que el de un rizoma, una imagen de hilos de hilos, de cuerdas y cables imbricados para traducir la multiplicidad de los yoes, la fragmentación, el olvido, la ausencia de centro, la memoria sin arraigo y genealogía, el escondite de nuestra propia existencia. La vida se dispersa huyendo de la lógica omnipotente, de la secuencia tanto en el espacio como en el tiempo.
Sincronizando hilos y rizomas, Chiharu Shiota en Casa Asia, 2012. Foto: Camilayelarte
En nuestro viaje sensorial y conceptual a través de Sincronizando hilos y rizomas Shiota nos deja objetos íntimos que no han sido poseídos, sino que nos han acompañado. Esos objetos, que contienen pedazos de subjetividad, se han gastado, pero permanecen.
Shiota (con)firma su (in)existencia con sangre roja, una sustancia que nos es familiar, que compartimos, que es imprescindible y amenazadora, pues riega la vida y mancha la muerte, unidas ambas en esta original y envolvente exposición.
Texto: Marta Rodríguez Iborra
Chiharu Shiota. Sincronizando hilos y rizomas
Casa Asia
Avda. Diagonal, 373
Barcelona
Hasta el 30/03/2013