Síndrome de Mallory-Weiss

Por Gabriel Giner @esaludcom


El síndrome de Mallory-Weiss es una hemorragia digestiva alta (es causa del 5-10% de todas ellas), causada por desgarros de la mucosa esofágica, sin que haya perforación de la pared del esófago. Habitualmente ocurre en la unión entre esófago y estómago.

Puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente en varones y en alcohólicos. No es grave.

Causas del síndrome de Mallory-Weiss

Como ya hemos comentado, existe relación entre el consumo de alcohol y la aparición de este síndrome.

Los factores desencadenantes fundamentales de los desgarros son:

  • los vómitos violentos y repetidos
  • las endoscopias esofágicas (esofagoscopias, normalmente en los esófagos ya dañados)
  • los accesos de tos o fenómenos que aumenten la presión intra-abdominal. Se ha asociado también al consumo de salicilatos (como la aspirina).

En algunos casos coexiste con una hernia de hiato u otras patologías gastrointestinales.

Los factores desencadenantes hacen que la mucosa esofágica se vaya deteriorando hasta el punto de desgarrarse (en una o más de una zona, midiendo las lesiones unos milímetros), fenómeno que ocasiona una hemorragia, la cual suele ser leve y no producir más sintomatología.

No es infrecuente la presencia asociada de otras lesiones digestivas, que pueden ser la causa de los vómitos.

Síntomas del síndrome de Mallory-Weiss

La hemorragia digestiva alta que caracteriza a este síndrome suele ceder espontáneamente en la mayoría de los casos (80-90%) y, por tanto, como ya hemos dicho, no causar más síntomas.

Sin embargo, si la pérdida de sangre es mayor, ésta saldrá del tubo digestivo por la boca (hematemesis) y/o por el ano (en forma de melenas, es decir, sangre ya en gran parte o totalmente digerida de color negro y olor característico). Dicha hemorragia se produce típicamente tras un episodio de náuseas y vómitos intensos.

¿Cómo se diagnostica?

Tras la realización adecuada de la historia clínica y la exploración física, el método diagnóstico clave es la endoscopia (que puede servir, a la vez, de tratamiento, como ya comentaremos más adelante), la cual permite ver las lesiones.

Rara vez es útil la radiología.

Tratamiento del síndrome de Mallory-Weiss

Hay que señalar de nuevo que lo más frecuente es que la lesión cure sin tratamiento.

Si no es así, se repone el volumen de sangre perdido y se intenta, en principio, el tratamiento médico con fármacos, como la vasopresina; si éste no da resultado, se recurre a la cauterización o foto-coagulación mediante endoscopia.

En algunos casos se emplea la embolización angiográfica y muy rara vez es necesaria la cirugía.

¿Cómo puedo evitarlo?

Es importante señalar la importancia de una buena dieta para evitar la predisposición de la mucosa esofágica a las lesiones.

Dada, en algunos casos, la relación entre este síndrome y el consumo de alcohol, es aconsejable limitarlo al mínimo.

Conviene indicar las nefastas consecuencias que tiene el provocarse o forzar los vómitos, tanto para ésta como para cualquier otra situación.

Ante la aparición de un vómito de sangre o bien de melenas se deberá acudir sin falta al médico.