Los afectados de este síndrome se sienten incomprendidos por sus médicos pero hay que decir que no existe ninguna prueba médica que confirme si alguien está afectado por el SCI y sólo tenemos una larga lista de síntomas que nos hacen creer que pueda ser lo que tenemos.
Podemos definirlo como una enfermedad gastrointestinal que presenta espasmos musculares e inflamación del intestino grueso, dolores abdominales y alternancia de diarreas y estreñimiento pero sin tener una causa orgánica ya que en las exploraciones no se revela ningún mal funcionamiento de los órganos. Lo que si se sabe es que los intestinos se encuentran en un movimiento contínuo con exceso de borborigmos (ruidos y borboteos intestinales).
A este síndrome también suelen llamarlo colon espasmódico, intestino irritable, colitis mucosa, diarrea nerviosa, estreñimiento espático, colon espámico…como vemos, nadie se aclara muy bien con este SCI.
Antes se consideraba un asunto psicosomático y algo de ello sigue teniendo ya que el estreñimiento es como una resistencia a ‘dejarse ir’, a dejar las cosas correr, a no querer desprendernos de lo antiguo y negarnos a dar paso a lo nuevo; y la diarrea es como un temor y soledad mezclados con exceso de ansiedad o un rechazo a la vida o una huida.
Un intestino grueso destrozado, deformado y enfermo por culpa de alimentos agresivos, irritantes y emociones malsanas.
El sistema digestivo se encuentra hiperactivo e hipersensible y le afecta cualquier emoción (aunque sea mínima) que podamos tener. Se sabe que un sistema nervioso alterado ejerce un efecto en ciertas sustancias químicas y hormonas del cerebro mandando mensajes al intestino que hacen que tengamos ‘vaciados’ más frecuentes o parada total y absoluta de evacuación. Como veis, el cerebro y el intestino están en comunicación constante. Pero también, el intestino tiene su propia capacidad de ‘pensar’ y se le conoce como sistema nervioso entérico, es decir, como el cerebro gástrico, ya que es la única parte de nuestro cuerpo que puede controlar sus reflejos (vaciado intestinal sin intervención del cerebro). Seguro que a los estreñidos les encantaría poder ordenar a sus intestinos a que evacuaran en cualquier momento pero como habéis comprobado el que manda aquí es el intestino grueso.
La ansiedad y las preocupaciones también tienen un efecto directo y negativo sobre los intestinos desestabilizando el sistema nervioso y las glándulas suprarrenales. Hay muchas situaciones emocionales, vitales, físicas y ambientales que pueden agravarlo: depresión, falta de vitalidad, alimentación deficiente o de baja calidad, toma de medicamentos, estrés, infección intestinal, bajos niveles de ácido gástrico, parásitos intestinales, problemas ginecológicos, intolerancia a alimentos, suplementos de hierro, quimioterapia o radioterapia.
Lo que se puede destacar en este síndrome es que el tiempo de la digestión va demasiado deprisa y muchas de las partículas mal digeridas irritan el intestino haciendo que se vacíe de repente. Por eso, hay episodios de diarrea con períodos de suspensión intestinal. También este sindrome suele aparecer con el síndrome premenstrual y actualmente muchas mujeres lo padecen unos días antes de su menstruación.
Veamos los síntomas que podrían decirnos que tenemos SCI:
- Ansiedad, apatía, ataques de pánico, cansancio.
- Borborigmos (ruidos en las tripas).
- Dientes apretados (bruxismo).
- Dolor de espalda.
- Estreñimiento.
- Fluctuaciones de peso.
- Náuseas, vómitos.
- Sensación de evacuación incompleta.
- Calambres.
- Diarrea.
- Dolor abdominal, dolores de cabeza.
- Flato, gases.
- Moco en las heces.
- Dolor rectal intenso.
- Ulceración o irritación anal.
Podemos comprobar que estos síntomas son muy parecidos a la intolerancia a la lactosa, al gluten, a la enfermedad de Crohn, a la colitis ulcerosa, a la diverticulitis y a los cálculos biliares. También las personas que se les ha extirpado la bilis pueden tener estos síntomas.
Por tanto, debemos empezar a cuidarnos y hacer algunos cambios para ver si nuestra condición mejora. Si no es así tendremos que pedir otra segunda opinión, descartar el SCI y averiguar qué es lo que pasa en nuestro interior intestinal.
Sugerencias para beneficiar y cuidar a nuestros intestinos:
- Eliminar los alimentos que sabemos que nos son irritantes, como por ejemplo el salvado de trigo que muchos médicos sin conocimientos nutricionales lo recomiendan por el tema de la fibra. El salvado de trigo es un alimento super agresivo en los intestinos delicados ya que los irrita. Y ojo con las galletas, panes y repostería que lo llevan. La solución tampoco está en las semillas de lino que, al igual que el salvado, irritan nuestros intestinos y además nos crean dependencia, es decir, si no tomamos semillas no evacuamos. Por tanto nos hacemos ‘adictos’ al lino y lo que buscamos es no tener que depender de ningún producto en particular. Si necesitamos fibra para regular nuestros intestinos es mejor buscarlo en alimentos suaves y nutritivos como las verduras y cereales integrales. Veamos otros alimentos que debemos evitar: aspartamo, sacarina (todos los edulcorantes artificiales), sorbitol (se encuentra en chicles sin azúcar y son muy irritantes), aditivos químicos (rellenos, aglutinantes, emulsionantes, almidones modificados, fructosa, lactosa, números E), leche de vaca, alcohol, bebidas gaseosas, café, alimentos fritos y grasos, margarinas, productos para untar, refinados (harinas, pastas, arroces blancos), carnes rojas, azúcar blanco y todos los alimentos que lo contengan, huevos, naranjas, zumos de fruta…
Analicemos unos cuantos de ellos para saber qué es lo que hacen en nuestro interior:
Las frutas: Atractivas a la vista, jugosas y refrescantes pero muy agresivas en los intestinos delicados y con SCI.
- Azúcar: Al azúcar no se le puede considerar un alimento por mucho que nos lo quieran vender así, es más bien un ladrón de nutrientes en toda regla. Además su aumento rápido en los niveles de azúcar en sangre paraliza las contracciones rítmicas del intestino delgado y ralentiza el trayecto de los alimentos haciendo que la flora intestinal se alimente de azúcar por más tiempo causando mayor efecto negativo sobre las bacterias intestinales (‘engordando’ a las bacterias malas), formando de gas y otras infecciones más difíciles de curar (candidiasis).
- Si tenemos un sistema digestivo e intestinal delicado el café es como una bomba relojería ya que si se toma en ayunas en el desayuno (y más si lo acompañamos con el típico zumo de naranja, típico desayuno de bar español) nos entrarán retortijones y nos obligará a ir corriendo al baño. Ir corriendo al baño no significa que tengamos unos intestinos estupendos y bien limpios sino que nuestra vesícula biliar está sobreexcitada y agredida con el resultado final de una diarrea e irritación intestinal pudiendo crear con el tiempo una úlcera en el intestino grueso. Lo mismo ocurre al tomar naranjas (cualquier cítrico), ciruelas, kiwis o zumos de frutas (los industriales son todavía peores) en ayunas o con el estómago vacío. En casi todos los problemas del sistema digestivo hay que ir con cuidado con las frutas y las verduras crudas.
- La leche de vaca es bastante difícil de digerir a causa de su azúcar, la lactosa. No aporta ningún beneficio a los niveles de calcio del organismo, al contrario, nuestro cuerpo consume calcio y magnesio para reducir el exceso de acidez causado por la proteína de la leche. Uno de los síntomas claros de intolerancia a la lactosa es la diarrea. Comentar que la leche de soja tiene los mismo síntomas que la intolerancia a la lactosa en los intestinos delicados (Más info en ‘La Verdad sobre la mentirosa Leche de Soja’.)
- Las carnes rojas son bastante difíciles de digerir y es otro de los causantes del SCI ya que su digestión es muy lenta (unas cinco horas) y los componentes de la carne en su trayecto digestivo se deterioran y van expulsando toxinas que irritan el intestino y acidifican nuestra sangre. Todo esto se acrecienta si las carnes provienen de la ganadería industrial ya que están llenas de antibióticos, hormonas y otros ingredientes indeseables.
- Todos hemos comprobado cuando hemos bebido más de la cuenta que nuestros intestinos se aceleran provocando diarreas y olores nauseabundos ya que el alcohol irrita ya no sólo al intestino sino a muchos otros órganos como el hígado o los riñones. Así que es mejor evitarlo.
- Los huevos también suelen desencadenar un ataque de SCI y más si son de producción intensiva (gallinas criadas en condiciones pésimas y alimentadas con piensos transgénicos).
- Los frutos secos (y sobre todo los tostados y salados industriales) se hacen bastante difíciles de digerir y más si solemos tener problemas digestivos ya que sus elevados niveles de grasa unidos a su fibra insoluble se convierten en un trabajo laborioso para estómago e intestinos.
- Todos conocemos las buenas propiedades de las verduras pero en esta condición hay que ir con cuidado con la familia de la coles (bruselas, brócoli, coliflor…) ya que se descomponen en derivados sulfúricos que liberan grandes cantidades de gas; y con la cebolla y sus parientes (ajo, puerro) que producen el mismo efecto. Así que es mejor que las evitemos. Las demás verduras debemos cocinarlas bien y no tomarlas nunca crudas.
- El maíz en todas sus formas se considera un destrozatripas en los casos de SCI. Además actualmente casi todo el maíz que se vende es transgénico.
- Con las legumbres os recomendaría sólo las lentejas y las azukis. Es muy importante cocinarlas bien: dejarlas en remojo toda la noche y al día siguiente enjuagarlas y cocerlas con alga kombu e ir quitando las espuma que aparezca al cocerlas. Si queremos beneficiarnos de sus nutrientes debemos quitarles la piel con un pasapurés y tomarlas en forma de crema.
Estas son algunas sugerencias para ayudaros a cuidar vuestros intestinos irritados y si queremos que se regeneren deberemos cambiar radicalmente de alimentación, o mejor dicho, de nutrición, y empezar a aportar alimentos realmente nutritivos. Uno de mis alimentos medicinales favoritos para sanar y regenerar cualquier problema intestinal o estomacal es el kuzu (Más info en ‘Regeneración Intestinal con Kuzu’).
Otras recomendaciones:
- Eliminar el estrés: Es fácil recomendar que se elimine el estrés y difícil ponerlo en práctica pero tenemos que poner de nuestra parte haciendo o aprendiendo a meditar, a respirar bien (respiraciones completas) e intentar llevar una vida más relajada en este mundo frenético. Buscar algún buen profesor de Yoga o Tai Chi que nos ayude a controlar nuestras emociones y a quitarnos esas descargas físicas que tanto nos incomodan.
- Dormir lo necesario: Es muy importante ya que es el momento donde nuestro hígado se regenera y nos ayuda a eliminar los excesos del día. Si tenemos un hígado sano nuestros intestinos funcionarán de maravilla. Hay una relación muy cercana entre hígado e intestino grueso.
- Acupuntura: Las preocupaciones y las tensiones provocan un estancamiento de la energía en el hígado y el bazo que desemboca en un mal funcionamiento gastrointestinal. Y la acupuntura sé que puede ayudarnos tanto emocional como físicamente.
Muchos medicamentos recomendados por los médicos alopáticos como antiespasmódicos, relajantes de los músculos del tracto gastrointestinal o los laxantes están llenos de colorantes, edulcorantes artificiales y aditivos químicos que sólo aliviarán momentáneamente los síntomas pero no irán a la raíz, no regenerarán nuestro sistema intestinal y simplemente pondrán un parche. Si realmente queremos sanarnos tenemos que hacer frente a nuestros problemas con valentía y constancia para nutrir a nuestro cuerpo como se merece y mimarlo para que pueda regenerarse y volver a su origen que es estar sano.
Más info en ‘Estreñimiento: Agresión Intestinal’.
Más info en ‘Acidez, reflujo ácido, úlcera y hernia de hiato’.
Más info en ‘Cómo son tus heces’.
Más info en ‘Como un globo’.
Salud y Buenos Alimentos.
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com