Sintrom

Por Gabriel Giner @esaludcom

El Sintrom es el nombre comercial de un anticoagulante llamado acenocumarol. Su administración habitual es diaria y es un fármaco ampliamente conocido por su uso entre personas que han sufrido, principalmente, los siguientes problemas de salud, relacionados con el sistema circulatorio sanguíneo:

  • Fibrilación auricular no valvular (arritmia cardíaca).
  • Complicaciones con las válvulas del corazón.
  • Trombosis venosa o embolia pulmonar.

La administración de este medicamento se realiza por vía oral, a través de pequeñas pastillas, y la persona que lo toma debe acudir periódicamente al médico para comprobar que las dosis administradas son las adecuadas en cada momento, según el nivel de coagulación de su sangre.

Este medicamento se prescribe con el objetivo principal de mantener un determinado nivel de liquidez de la sangre y, de esta manera, evitar obstrucciones en el torrente sanguíneo y, derivado de ello, la formación de coágulos.

En casos de pacientes que toman Sintrom, es esencial seguir las indicaciones médicas y someterse a controles regulares, al tiempo que combinar su ingesta con una dieta que no produzca interacciones negativas.

A ello se suma la necesidad de estar al tanto de los posibles efectos secundarios y contraindicaciones de este fármaco, que como veremos a continuación, son variadas en número e intensidad.

Al hablar de Sintrom, además de hacer referencia al acenocumarol, hay personas que pueden estar aludiendo a otros medicamentos con las mismas indicaciones, como Aldocumar o la Warfarina, que presentan las mismas propiedades anticoagulantes, aunque no son tan habituales en España como el Sintrom.

¿Qué es un anticoagulante?

Un anticoagulante es un fármaco que frena la velocidad de coagulación de la sangre. Es decir, medicamentos como el Sintrom detienen la formación de trombos y coágulos, parando el proceso por el que la sangre va perdiendo su liquidez y tiende a adquirir una mayor densidad.

La formación de un coágulo o estancamiento de la sangre en estado sólido, dentro de las arterias o venas, reviste un grave peligro para la salud. Existe la posibilidad de que se formen en el cerebro, se desplacen desde las venas a órganos o bloqueen una válvula, poniendo en alto riesgo nuestra salud, y en última instancia, nuestra vida.

Proceso esencial

El proceso de coagulación de la sangre es esencial para sobrevivir en casos de hemorragias, cortes o accidentes con heridas, para que el cuerpo detenga su salida y consiguiente desangramiento. Pero cuando hay riesgos de coagulación y trombos, entran en juego medicamentos anticoagulantes, como el Sintrom.

Coágulos sanguíneos

La coagulación, al solidificarse la sangre, puede bloquear total o parcialmente el flujo sanguíneo, al dar como resultado los siguientes tipos de coágulos:

  1. Trombo: coágulo formado dentro de una vena, arteria o en el corazón.
  2. Émbolo: es un trombo que se desprende de su lugar de formación, desplazándose hacia otra zona del cuerpo.

El bloqueo del flujo en una arteria puede impedir que los tejidos obtengan el suministro de oxígeno que necesitan. En ese caso se produce una isquemia, que de no tratarse a tiempo y de la manera correcta, puede producir daños en esos tejidos o incluso causar el fallecimiento.

En el caso de obstrucciones de venas, tiene lugar, habitualmente, acumulación de líquido, inflamación y abultamiento.

Cuándo se administra el Sintrom

El Sintrom se administra principalmente a personas con riesgo de embolias o trombosis, arritmias o complicaciones con las válvulas del corazón. Se busca evitar el riesgo de formación de coágulos, inhibiendo la formación de una proteína llamada fibrina.

Más concretamente, las causas más comunes para suministrar Sintrom son:

  • Tromboembolismo venoso.
  • Colocación de una prótesis valvular cardíaca.
  • Infarto agudo de miocardio.
  • Fibrilación auricular.
  • Accidente isquémico transitorio.
  • Trombofilia hereditaria.
  • Valvulopatías.
  • Miocardiopatía dilatada.

Controles habituales

Tomar Sintrom y visitar al médico habitualmente son dos elementos que van unidos, porque este fármaco se toma en dosis variables dependiendo del nivel coagulación de la sangre, que en cada persona y en cada momento puede ser distinto.

Por ese motivo, es necesaria la realización de controles o análisis de sangre periódicos, que suelen realizarse con un pequeño pinchazo en el dedo y la extracción de una gota de muestra.

Los resultados son analizados por el especialista, que posteriormente marca la dosis idónea para mantener el nivel necesario de fluidez de la sangre.

El parámetro que indica el nivel de coagulación se conoce como INR, según recomendación de la Organización Mundial de la Salud, respondiendo al significado de Cociente Normalizado Internacional o INR (International Normalized Ratio).

En la mayor parte de los casos de índices correctos, los pacientes deben arrojar valores del INR entre 2 y 3, aunque puede ser algo mayor en personas con prótesis valvulares y aquellos que se recuperan de una trombosis.

Se da un INR bajo cuando la dosis de Sintrom es insuficiente y INR alto cuando la dosis excede lo recomendable y hay riesgo de hemorragias. En ambos casos, resulta necesario modificar las dosis para conseguir un nivel INR dentro de los parámetros correctos.

Si se ingieren dosis incorrectas de Sintrom, pueden darse consecuencias de diversa gravedad, como hemorragias, en casos de exceso, o tromboembolismo cuando la dosis no es suficiente.

Es aquí cuando se entiende la importancia de los controles periódicos para establecer las pautas de las dosis en cada caso. Y a esto se une que los efectos del Sintrom pueden alterarse con factores como la dieta, estados de enfermedad malabsortiva, diarrea, fiebre, estrés, mal cumplimiento terapéutico o la ingesta de otros fármacos.

Efectos secundarios del Sintrom

Las personas que toman Sintrom pueden presentar hemorragias, de intensidad y gravedad variable. En ocasiones hay sangre en la orina, heces más oscuras, sangrado de nariz o pequeñas hemorragias en las encías.

En estos casos, el paciente debe estar alerta y no dejar pasar el tiempo sin comunicarlo a un médico o acudir a urgencias en casos de hemorragias abundantes, que puedan suponer un riesgo inminente para la salud.

En algunos casos se dan hematomas, aunque no siempre esta circunstancia está directamente relacionada con la ingesta del Sintrom, sino que forma parte del cuadro clínico del paciente y la sintomatología aparejada.

Consejos nutricionales

El tratamiento de Sintrom puede verse alterado por numerosos factores y uno de ellos es una dieta que interaccione con los efectos de este medicamento. Por eso, ante cualquier duda, lo mejor es consultar a un especialista, ya sea médico o farmacéutico, que sepa orientarnos.

Hay alimentos con alto contenido en vitamina K, cuya ingesta se debe moderar o evitar por completo. Los productos de herboristería, dietéticos o las infusiones, que pueden alterar el INR.

Alimentos que sí puedes consumir

La persona que esté en tratamiento con Sintrom puede consumir alimentos que no contengan vitamina K.

Entre ellos están frutas como los plátanos, manzanas, uvas, pomelos, arándanos, melones, limones o naranjas.

También hay verduras como la coliflor, las judías verdes, zanahorias, apio, maíz, berenjenas, champiñones, cebollas o pimientos verdes, tomates, patatas, calabazas, pepinillos o col fermentada.

Alimentos no recomendados

Cuando los alimentos contienen vitamina K, es necesario tener una especial precaución o incluso evitar consumirlos. Si tienen un alto nivel de vitamina K no deben ingerirse más de una vez cada 7 días y cuando su nivel es medio, no más de dos veces a la semana.

Nivel medio: aceite de oliva, alcachofas, espárragos, aguacates, guisantes, lechuga verde, repollo, tomate y margarina.

Nivel alto: brócoli, col de Bruselas, endivias, espinacas, coles, lechuga de hoja roja, perejil, nabos, berros, acelgas, mostaza en grano, té verde, mahonesa y aceite de soja.

Interacciones con otros medicamentos

El acenocumarol tiene una estructura química de tipo cumarínico y arroja altas probabilidades de interaccionar con otros fármacos, lo que supone un riesgo de alterar los efectos del tratamiento y anular su finalidad anticoagulante.

Hay medicinas que pueden cambiar los niveles plasmáticos de vitamina K, entre las cuales destacan ciertos antibióticos con capacidad para modificar la flora intestinal que sintetiza la vitamina K. Entre ellos hay esteroides, anabolizantes y medicamentos que afectan a la función tiroidea.

Hay interacciones con fármacos que realizan la misma función que el Sintrom, como la heparina y los salicilatos. Por eso, si se consumen simultáneamente, puede producirse una sinergia o intensificación de su efecto.

Las máximas a seguir en estos casos son la prevención y la precaución, porque cualquier medicamento podría influir en el tratamiento con Sintrom, con efectos indeseados.

Los resultados pueden incrementar el riesgo de hemorragia, si se intensifica el efecto anticoagulante, o tromboembolismo si se disminuye, por lo que, en caso de necesitar fármacos adicionales, se recomienda administrar solo los estrictamente necesarios y bajo los pertinentes controles y supervisión de especialistas.

En algunos casos se puede valorar incluso la paralización del tratamiento y su sustitución por otro menos perjudicial, siempre teniendo en cuenta las necesidades del paciente.

Precauciones

Como cualquier otro medicamento, el uso del Sintrom exige una serie de precauciones.

  • No ingerir después de la fecha de caducidad indicada en el producto.
  • Consumir lo antes posible si se olvida la toma de una dosis y recuperar lo antes posible la periodicidad indicada.
  • Conservarlo a temperatura ambiente y fuera del alcance de los niños.
  • Si es un paciente con intolerancias, consulte a su médico antes de tomar Sintrom.