El ejército de los EEUU del "progresista" Barack Obama está a punto de invadir Siria al frente de una coalición de países europeos y árabes, iniciando una guerra ilegal que no cuenta con el permiso de la ONU. ¿Les suena? Exacto: la misma cagada que cometió George en Irak. Los norteamericanos no aprenden nunca. En realidad las bajadas de pantalones de Obama ante el complejo militar-industrial-financiero y el resto de intereses reaccionarios estadounidenses, son ya asunto rutinario. Ni siquiera se ha atrevido a cerrar Guantánamo, a pesar de que clausurar el escandaloso "chupadero" de seres humanos montado en la base militar yanqui en Cuba era una de las promesas estrella de su programa electoral cuando fue elegido para un primer mandato. Yendo un paso más allá, Obama se apresta ahora a invadir Siria. ¿La excusa? Exactamente la misma que en Irak: el régimen local ha usado armas químicas contra población civil "opositora", argumento que constituye un "déjà vu" que mueve a risa por la torpeza en la repetición. En el caso de Irak, un chiste aparecido entonces en la prensa norteamericana desnudaba el montaje: "Saddam Hussein tiene armas químicas. ¡Si lo sabremos nosotros, que se las vendimos y tenemos las facturas!" exclamaba la caricatura que representaba al presidente George Bush. Estamos por tanto ante la fabricación de una campaña que prepara a la opinión pública occidental y árabe para una acción militar idéntica. Cabe incluso la posibilidad de que realmente se hayan usado armas químicas en los combates entre la "oposición siria" (sea eso lo que sea, y la integre quien la integre) y el ejército y la policía de El Assad. En todo caso, la preparación psicológica de la opinión pública ante el eventual ataque a Siria es tan groseramente idéntica a la previa a la famosa reunión de las Azores entre Bush, Blair y Aznar, que alguien debería ser llamado al orden por el nulo esfuerzo hecho para crear el marco justificativo de una acción seguramente decidida hace muchos meses, cuya venta pública por tanto se ha podido planificar y desarrollar con tiempo. De hecho, estamos ante la reactivación del plan diseñado en los años noventa por Karl Rove por encargo del complejo militar-industrial-financiero estadounidense (verdadero protagonista del autogolpe de Estado llevado a cabo el 11 de septiembre de 2001), y ejecutado en su primera fase durante la presidencia de George Bush hijo. Irak era solo la primera etapa en una campaña militar que debía incluir la ocupación de Irán y Siria, como medio de asegurar la hegemonía estratégica de EEUU en el mundo durante un siglo más mediante la captura de las inmensas reservas de petróleo del Próximo Oriente. En todo caso es obvio que los resultados de la nueva/vieja aventura imperial serán asimimismo idénticos a los obtenidos en Irak: la fragmentación total del país, y su reparto entre facciones sectarias enfrentadas a muerte en un todos contra todos demencial. Divide y vencerás, ya se sabe, aunque como sucedió en Irak llegue un momento en que el aprendiz de brujo ni siquiera pueda controlar a los grupos financiados y armados por él. La destrucción de Siria está programada desde hace años, y activada desde hace meses. Los instigadores se preparan para recoger los frutos de su siniestra tarea, pero para ello han de internarse en el avispero que han creado; lo lógico es por tanto, que acaben saliendo de allí como de Irak: dejando de nuevo tras de sí una nueva montaña de cadáveres y otro país reducido a escombros. En la imagen que ilustra el post, un grupo de soldados norteamericanos equipados para la guerra química durante la llamada Guerra del Golfo (primera invasión de Irak, años noventa).