Smolensk, un año después de la tragedia que descabezó Polonia

Por Nestortazueco

(Amanda Figueras, Enviada especial de El Mundo, Varsovia, 10/04/2011)

Hace hoy un año, el mundo se estremecía con la noticia de la muerte del presidente de Polonia, Lech Kaczynski, junto a su mujer y otros 94 altos cargos del país. El avión en el que viajaban para participar en un acto de conmemoración por la masacre de Katyn -cuando en 1940 por orden de Stalin fueron fusilados unos 22.000 oficiales e intelectuales polacos prisioneros de los rusos- se estrelló a unos pocos kilómetros del aeropuerto de Smolensk (Rusia) y del bosque donde se produjo aquella atrocidad.

Las circunstancias del accidente siguen si estar claras, a pesar de que la comisión rusa de investigación ya hizo publicas sus conclusiones. En Polonia, todos los días 10 de cada mes, miles de personas salen a las calles para pedir la verdad. Son, en su mayoría, seguidores del partido ultraconservador del presidente fallecido, Ley y Justicia (PiS), que tras perder las elecciones adelantadas por la tragedia, tiene la teoría de la conspiración como uno de sus caballos de batalla de cara a las elecciones de próximo otoño.

Frases como “Han matado al mejor de nosotros” o “Es una clara señal divina” se escuchan entre los acérrimos del PiS un día 10 cualquiera, mientras recorren los pocos cientos de metros que separan la catedral de Varsovia y el palacio presidencial, ahora ocupado por el liberal Bronislaw Komorowski, quien ganó al hermano gemelo de Lech Kaczynski, Jaroslaw, por poco más de tres puntos. Muchos están convencidos de que Rusia está detrás de la muerte del presidente, aunque saben que será imposible tener pruebas.

Portando retratos de la desaparecida pareja presidencial, crucifijos varios y carteles en los que se pide a Polonia que despierte, los procesionarios no quieren que Polonia pase página. Para los pro Kaczynski, el Gobierno de Tusk y su partido, Plataforma Ciudadana, no tiene interés en conocer la verdad de la tragedia.

Caballo de batalla electoral

Según Marek Magierowski, subdirector del diario conservador ‘Rzeczpospolita’, la pasividad del Gobierno ante hechos como que Moscú no haya permitido que los restos del fuselaje del avión presidencial sean trasladados a Polonia, o las dudas sobre la exactitud de identificaciones de los cadáveres, dejan la puerta abierta a las especulaciones. Entre las últimas ideas conspiratorias está la de que la niebla que envolvía el aeropuerto fue fabricada.

Otros, en cambio, prefieren olvidar. “Es una vergüenza la utilización política del asunto”, decía una universitaria en Varsovia. No obstante, al igual que puede sorprender la debilidad de los polacos por la cultura rusa -que supera las complicadas relaciones diplomáticas-, también llama la atención la cantidad de jóvenes que asisten a las procesiones en memoria del ultraconservador. O actitudes como la del primer político abiertamente homosexual elegido en las urnas en Polonia, Krystian Legierski, quien a pesar de haber sufrido los ataques furibundos de Kaczynski, no celebra “ni en broma” el habérselo quitado de en medio a pesar de que su colectivo no podía avanzar en derechos con él como presidente.

El informe de la comisión de investigación rusa atribuye toda la culpa del accidente a los polacos, entre otros, a los pilotos. Afirma que el comandante en jefe de la Fuerza Aérea polaca, Andrzej Blasik, estaba bebido y que les obligó a aterrizar pese a las advertencias de los controladores aéreos rusos. Para el primer ministro, Donald Tusk, esta versión “indiscutiblemente inaceptable”.

‘Los pilotos polacos fueron engañados por los rusos’

El presidente de la comisión parlamentaria polaca de investigación, Antoni Macierewicz, quien fue ministro de Kaczynski, ha asegurado a elmundo.es que los pilotos polacos no estaban intentando aterrizar y que la tesis rusa de que tomaron la decisión irresponsable de tomar tierra en Smolensk bajo la presión del General Blasik no corresponde en absoluto con la realidad.

“No existe ni una sola palabra dicha por el General Blasik [en las cajas negras], tampoco hay pruebas de que los pilotos intentaran aterrizar. Al contrario. Cuando estaban a una altura de 100 metros, el capitán Protasiuk, el jefe de la tripulación, tomó la decisión de abortar la operación de aterrizaje, no iba a aterrizar con las condiciones meteorológicas tan adversas que reinaban en ese momento. Ese avión no se hizo pedazos porque chocara contra el suelo, sino que chocó contra el suelo porque se hizo pedazos“, afirma este peso pesado del PiS.

Los pilotos polacos fueron engañados por los rusos, como sabemos hoy a partir de las pruebas recogidas y de las transcripciones de las conversaciones de los controladores de la torre rusa con la central moscovita, la decisión sobre inducir a error a los pilotos fue tomada desde la central de Moscú”, explica Macierewicz tajante. “Seguimos sin saber quién fue personalmente, no conocemos los apellidos de las personas que estaban haciendo eso en Moscú, pero estamos seguros de que fueron inducidos a error”, añade.

Si en los primeros momentos la magnitud de la tragedia consiguió unir a los polacos, un año después el dilema entre olvidar o recordar les divide. Las urnas serán uno de los medios a través de los que el mundo conocerá su decisión.

UNA MULTITUD PIDE CONOCER LA VERDAD SOBRE EL ACCIDENTE DE SMOLENSK

(EFE, 10/04/2011, Varsovia)

Cientos de ciudadanos se concentraron este sábado a las puertas del palacio presidencial de Varsovia para exigir la verdad sobre las causas del accidente aéreo de Smolensk, donde hace un año perdieron la vida el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, y el resto de los 95 ocupantes del avión presidencial.

Los manifestantes portaban banderas polacas y, en muchos casos, también retratos de Juan Pablo II y del sacerdote Jerzy Popieluszko, activista por la democracia asesinado en los años ochenta por los servicios secretos comunistas.

Previamente también tuvo lugar una concentración frente a la embajada rusa en Varsovia, donde se pidió a Moscú que entregue todos los documentos relativos a la investigación y revele las verdaderas causas de la catástrofe.

En algunas pancartas se podía leer “Putin asesino”, en referencia al primer ministro ruso, Vladimir Putin, al que algunos grupos ultras polacos culpan de ser la cabeza de una conspiración contra Polonia que culminó con el asesinato de los 96 ocupantes del avión presidencial.

Cerca del 70 por ciento de polacos considera que todavía no se conoce toda la verdad sobre la tragedia de Smolensk, de la que este domingo se cumple el primer aniversario.

En enero de 2011 el Comité de Aviación Interestatal Ruso publicó el informe definitivo sobre los resultados de la investigación del accidente, donde se indicaba como causa directa de la tragedia la decisión de los pilotos de aterrizar a pesar de las condiciones meteorológicas adversas, así como la escasa preparación del vuelo y la insuficiente formación de los pilotos.