Sobre el color en el croquis

Por Croquizar Fernando Garcia @croquizar

Escribe:Alejandro Folga. Columnista invitadoArquitecto. Docente de la Cátedra de Medios y Técnicas y de Anteproyecto en la Facultad de Arquitectura. Integra el colectivo de Croquiseros Urbanos de Montevideo

El color no es un requerimiento esencial del croquis. De hecho, la utilización de color puede ir en contra de la economía de recursos y la rapidez de ejecución, condiciones definitorias de la modalidad de dibujo que conocemos como croquis.

No obstante, existen fórmulas o recetas sobre el uso del color que permiten obtener buenos resultados, aunque nunca los garanticen. En este artículo se presentan ejemplos de algunos de los posibles usos del color en la realización de croquis rápidos de edificios y espacios urbanos. Las reflexiones docentes aquí vertidas forman parte de una clase dictada en el curso curricular de Medios y Técnicas de Expresión III de la Facultad de Arquitectura (FARQ / UdelaR).

1 – Colores complementarios

Un recurso tradicional para resolver la aplicación de color es plantearse el dibujo a partir de dos gamas de colores complementarios: fríos y cálidos. Esta solución nos permitirá controlar la armonía cromática general, a la vez que podremos conseguir una composición de colores contrastantes.

Un ejemplo de esta fórmula es el dibujo que aparece a continuación.

Una esquina de Montevideo

A la izquierda tenemos el croquis original, hecho en el sitio con un lápiz carbón de color negro. A la derecha se presenta la reelaboración del mismo dibujo, que fue realizada un par de días después agregando algunos trazos con lápices de colores.

La adición de color refuerza la expresión presente en el dibujo original, y permite diferenciar lo claro de lo oscuro, la figura del fondo, la luz de la sombra, etc.Mediante el color se añade nueva información, pero no se trata aquí de una información esencial, imprescindible, pues prácticamente todo lo que había para comunicar ya estaba dicho en el dibujo previo.

Personalmente prefiero un uso más reflexivo e intencionado del color. Dado el mayor esfuerzo y tiempo que conlleva, la decisión de utilizar color debería estar fundamentada en que éste sea un elemento estructural del dibujo y no un mero agregado cosmético.

Faro de Colonia del Sacramento

A diferencia del caso anterior, en este croquis el color forma parte esencial de la composición, de forma tal que fue realizado directamente con lápices de colores y sin el trazado de una base lineal previa.

El criterio aplicado fue contraponer los colores cálidos (un lápiz marrón y uno anaranjado), propios de la materialidad pétrea de la ruina que forma el basamento; con los matices fríos (celeste, azul y violeta) en el fuste del faro, que está revocado y pintado de blanco y por tanto refleja la luz del ambiente y se integra con el matiz azulado del cielo.

Si observamos la versión de la derecha (imagen en escala de grises) podemos comprobar que muchas de las intenciones compositivas presentes en el croquis original se pierden, y el dibujo se vuelve más plano, más impersonal, más simple.

2 – La paleta reducida

Otro recurso habitual para controlar el uso del color consiste en suprimir totalmente algunas gamas cromáticas, provocando así que la paleta resultante se relacione más claramente con los atributos del tema representado, que puede ser una materialidad predominante, o una cierta “atmósfera” característica del lugar.

Talleres de AFE en el barrio Peñarol

En este ejemplo (realizado con pastel-óleo) la paleta queda reducida a sólo cuatro colores: rojo, marrón, amarillo y negro. Se trata de una decisión tomada antes de comenzar el dibujo, que consiste en suprimir el color del cielo, del pasto y de la vegetación existente para acentuar la paleta de colores ferrosos, propios de las estructuras y los materiales oxidados que proliferan en el predio de AFE. Se obtiene así una imagen más cálida, con cierto carácter apagado, nostálgico.

3- El color suprimido

Otra alternativa posible, en lugar de reducir la cantidad de colores, consiste en suprimir la coloración de algunos elementos o de algunos sectores del dibujo. Este recurso supone una condición de incompletitud intencional en el dibujo, que cumple la función de focalizar la mirada, de dirigir la percepción hacia aquellas zonas de la composición que se encuentran más elaboradas.

Una mesa en el Mac Donald’s de Punta Carretas

En este croquis se diferenció el tratamiento expresivo de la mesa y el laptop, que quedan definidos apenas linealmente. La ausencia de color permite separar y distanciar el primer plano, que actúa como referencia de profundidad y marco para la escena principal, que aparece más atrás.

4- El color selectivo

Podemos limitar aún más el uso del color, llegando a optar por un único color que complemente al negro. A la inversa del caso anterior, con este color podemos seleccionar algunos elementos o algunos sectores del dibujo para destacarlos o diferenciarlos del resto. En consecuencia el color no se utilizará de manera figurativa, sino conceptual.

Patio central – Facultad de Arquitectura. Corrección realizada en base al dibujo de un estudiante.

En este dibujo (realizado a partir del trabajo de un estudiante de la FARQ) el color selectivo se aplica en el cielo, de forma que se genera un plano que actúa como fondo y que consigue destacar el contorno de la figura.

El mismo color se utiliza en la superficie de agua del estanque y en los planos vidriados, ya que ambas materialidades suelen reflejar al cielo. También se aplican trazos de color para entonar o “ensuciar” a algunas sombras, de manera de obtener un mayor equilibrio compositivo en la distribución cromática.

5 – El color monocromático

Tradicionalmente se han usado pigmentos de colores cálidos (como el color siena, las tintas sepia o las sanguinas) como forma de complementar y enriquecer al negro, y obtener así un mayor rango tonal en dibujos monocromáticos.

Patio central – Facultad de Arquitectura. Corrección realizada en base al dibujo de un estudiante.

En este otro dibujo, del mismo espacio, el color no responde a una descripción realista de los objetos ni tampoco a una valoración o diferenciación conceptual de partes o elementos. Está realizado con dos diferentes lápices de carbón, uno negro y otro sepia, que al utilizarse mezclados permiten la obtención de tonos y contrastes más variados.

6 – El blanco como color

Por el camino de la reducción, que hemos venido recorriendo, llegamos  finalmente a la máxima expresión de la síntesis cromática.

Patio central – Facultad de Arquitectura. Corrección realizada en base al dibujo de un estudiante.

En este último dibujo del estanque de la Facultad, sólo dos instrumentos fueron utilizados: un lápiz negro y un corrector de tinta blanca, que se reservó para realzar el contraste en las zonas más iluminadas de las ramas del primer plano. De esta manera la decisión de usar sólo blanco y negro, extremos de la escala cromática, nos permite sacar partido de la tonalidad del papel, que se encuentra en un valor intermedio.

El consejo que más repetimos a los estudiantes en cuanto al uso del color en el croquis es contenerse, limitarse, pues para evitar errores irreparables la síntesis siempre será mejor estrategia que el exceso, en definitiva, “menos es más”.