Cuando vayamos a comprar cebollas, deberíamos fijarnos, que sean duras, tersas y con un aspecto brillante.
Para que no nos haga llorar a la hora de pelar las cebollas, sería aconsejable hacerlo sumergiéndolas o bajo un chorro agua fría.
Cuando tengamos que utilizar sólamente un trozo de cebolla, es conveniente cortarla, reservando la parte del brote, pues de esta manera se conservará mejor el trozo que nos queda y además, no se desmontarán las capas de la cebolla.
Si nos gusta comer la cebolla cruda y no lo hacemos por el mal aliento que nos pueda dejar, no hay problema, después de comerla masticamos unos granos de café o un poquito de perejil, y problema resuelto.
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