La seducción explora de nuevo ese estigma de mujeres en transición, mujeres ajenas a los acontecimientos exteriores que viven y que son la marca más significativa del cine de Sofía Coppola —si obviamos claro, su plasticidad—, pues desde Lost in traslation nos va retratando a este tipo de mujeres que deben cambiar las vidas que habían imaginado por las circunstancias externas a ellas mismas que les ha tocado vivir, ya sean éstas las de encontrarse perdidas en la inmensidad de la locura de un hotel japonés (Lost it traslation), o en el Palacio de Versalles (María Antonieta). Sea como fuere, Sofía Coppola arremete desde la sutileza femenina contra los estereotipos del deseo con los que la sociedad remarca el comportamiento de las mujeres, y lo hace desde el ritmo pausado y armónico de la sensualidad femenina, más propicia a los juegos previos que al martilleo constante de los amantes. Ahí, en el ritmo contenido es donde la película gana enteros, tanto en lo más obvio como en lo impostado, sin embargo, ahí es también donde pierde toda fuerza en su presumible contundencia argumental, pues que deja al espectador defraudado con una trama que no reúne los elementos suficientes que le lleven a pensar que está viendo una gran película, quizá, por eso, el premio de Cannes que recibió el filme fue al de la mejor dirección y no al de la mejor película, pues la misma naufraga a la hora de mostrarnos las malas elecciones del deseo.
Ángel Silvelo Gabriel.