Cada vez que un día termina…
…otra noche comienza.
Es así y así tiene que ser, no sirve darle vueltas. La diferencia está en qué hacemos nosotros con ese tiempo que nos regalan, si lo disfrutamos y lo valoramos con todos sus matices o simplemente dejamos que se escape por el horizonte. Tenemos que aprender a fijarnos, amigos. Ni dos días son iguales ni la luna siempre alumbra. De nosotros depende la luz que le queramos poner.