Más de 250.000 aves mueren al día en Europa a causa de colisiones con ventanas. Los pájaros quedan confundidos por la transparencia de los cristales o por el reflejo en los vidrios de elementos tales como árboles, que crean una sensación de continuidad que es irreal. Cuando los pájaros se dan cuenta, ya es demasiado tarde y chocan. Cada vez más, los arquitectos incorporan grandes extensiones de vidrio que dejan pasar la luz natural y acostumbran a mejorar la eficiencia energética de los edificios, por lo que las aves se encuentran, a su vez, con más trampas en el medio aéreo. La empresa Arnold Glas ha pensado en los pájaros para diseñar unos cristales transparentes que dejan pasar la luz, pero evitan las colisiones de las aves. Se trata del cristal Ornilux, un material vítreo con un revestimiento reflectante ultravioleta, visible para las aves, pero no para los humanos. Estudios elaborados por el instituto Max Planck de Ornitología han demostrado que con estos cristales se evitan alrededor del 80% de los accidentes. La inspiración para el uso de los patrones reflexivos de la luz ultravioleta vino a partir del conocimiento de cómo algunas arañas elaboran sus redes. Estas redes incorporan hilos de seda que reflejan la luz ultravioleta precisamente como advertencia a animales grandes, como aves, para que no vuelen a través de la trampa y dejen a los arácnidos temporalmente sin la capacidad para capturar sus presas.
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