Ahora quieren castigar a los que, según ellos, infringen las leyes de Propiedad Intelectual. Curiosamente Hillary Clinton es una abogada especialista en el tema.
Si se aprueba la ley SOPA (Stop Online Piracy Act), la página dueña de la caricatura que ilustra este trabajo: http://www.caglecartoons.com, podría denunciarnos si creen que violentamos la propiedad intelectual del autor de la misma. Aunque nuestra página web no esté alojada en Estados Unidos, podrían cerrar nuestro dominio, es decir, el nombre de nuestra web, de tal forma que nadie accedería.
Se podría argumentar que la caricatura está protegida con copyrigth. Para no entrar ahora en ese debate, pongamos otro caso. Grabas un video de tu último cumpleaños con toda la familia cantando el “Happy Birthday” y lo subes a YouTube o a Vimeo.
Resulta que esa canción, como casi todas, tiene copyrigth. Las asociaciones discográficas notifican a Youtube y éste tendría que borrar el video en 5 días. Para eso no hace falta orden de un juez ni nada que se le parezca. De no borrar el video, el Proveedor de Internet se verá obligado a cerrar YouTube y dar de baja los servicios asociados de pago o publicidad en línea y que los buscadores eliminen ese sitio de sus resultados.
El peligro no termina ahí porque la SOPA puede emprender acciones contra los “delincuentes indirectos”. Supongamos que tú tienes un blog y alguien deja un comentario con un enlace a ese video. Te podrían notificar para que lo quites o te lo cierran.
Incluso, si envías un correo a una prima con ese enlace o cualquiera que “pudiera tener indicios de violar el copyright” tu proveedor de email podría cerrar tu cuenta sin necesidad de que un juez lo ordene.
Pero, ¿por qué una ley cómo ésta? ¿Por qué esta protección a ultranza de los Derechos de Autor? ¿Son tan peligrosos estos nuevos “piratas”?
Resulta que las asociaciones mafiosas que agrupan a discográficas, editoriales y distribuidoras de cine están asustadas. Estas intermediarias que han controlado a músicos y cineastas están perdiendo el control sobre ellos y las enormes ganancias que tenían. Cada vez más, los grupos musicales y escritores están buscando alternativas para distribuir sus obras culturales. Internet les está ayudando.
Hoy es más sencillo que nunca compartir a través de la Red. Y compartir no es delito. Si compro un libro de papel y te lo presto no es delito, pero si lo compro en digital y lo cuelgo en una web para compartirlo con muchas amigas y amigos que tengo por el mundo pueden llevarnos presos.
A los escritores no parece importarles. Tampoco a los grupos musicales que ven cómo esta nueva forma de distribución musical les permite llegar a más público y llenar sus conciertos que es donde realmente ganan.
Ellos no hacen lobby en el Congreso, pero sí la RIIA (discográficas) y MPAA (cinematográficas) que han invertido casi mil millones de dólares para “convencer” a los congresistas norteamericanos de lo conveniente que es tomar SOPA.
Pero la protección de los Derechos de Autor no parece ser la mayor preocupación del Gobierno de Estados Unidos. La información es hoy más valiosa que el petróleo o las materias primas. Las acciones de empresas relacionadas con la Web valen más que las que fabrican carros o extraen “oro negro”. Por eso, es fundamental controlar la principal herramienta que en este siglo permite acceder a ella: Internet.
La excusa es que somos piratas. Que compartir libros y música empobrece a los autores y autoras. Que por compartir cultura somos ladronas y malhechores. La realidad es querer imponer una nueva forma de censura en la Red.
Esa misma Red es la que nos puede salvar de comer esta amarga e insípida SOPA. Las Redes Sociales y la Web nos sirven para estar en contacto con nuestras amistades y subir las fotos de las últimas vacaciones, pero también para movilizarnos, para levantar la voz y que no nos callen.
Porque si callan Internet, nos callan a todos, nos censuran a todos.
Fuente: radialistas.net