Tengo la fortuna de tener muchos y buenos amigos, me siento especial porque la vida me ha regalado ¿o debo llamarle destino? encontrarme con personas maravillosas que me enriquecen como ser humano. Estoy convencida que los amigos no sólo nos enriquecen la mente, inspiran nuestra imaginación y nos ilumina el espíritu.
Entre ésos amigos, una gran familia que conocí hace unos cuantos años. Vivimos cerca y de vez en cuando nos encontramos, nos saludamos y charlamos como si nos conociéramos de toda la vida; me voy dando cuenta cada vez que hablamos de que compartimos gustos, que nos apasiona la naturaleza y el arte en todas sus expresiones.
Ellos son un matrimonio, sus nombres Mari Pepa y Manuel. ¿Quién me iba a decir que aquel joven profesor particular de química y biología de mi hija era uno de sus hijos? ¿Que su hija Estefania (se llama como mi niña) me cautivaría con ésa dulzura con la que siempre me saluda cuando sale acompañada de sus dos hijas? Siempre con ésa sonrisa me cuenta su pasión por Oriente, por sus técnicas de yoga y hablamos de la gastronomía vegetariana. Ella es profesora y dirige un centro de yoga áereo en Málaga....es realmente fantástica, por cierto, en su trabajo.
No hace mucho vi una de sus fotos y al verles quise felicitarle por ella; la realizó en los Montes que rodea la capital malagueña, cerca de su pueblo natal.
Me cuenta que Encarnación nació en "Graná" (Granada) y desde su más tierna infancia vivió en la provincia de Málaga. Y yo, a veces me pregunto ¿Quién pone fronteras en tierras hermanas? Málaga y Granada....Granada y Málaga que comparten historia, cultura y por ende gastronomía.
Me sigue diciendo que es una sopa.....una sopa que a ella se la enseñó su suegra, y que su suegra la aprendió a su vez de sus mayores, una receta que fue pasando de generación en generación desde época inmemorial.
Un gran tesoro, un hermoso y generoso regalo para mi, para "Mi Cocina", a la que con su aportación ha enriquecido y que con permiso de ellos la comparto para que no quede en el olvido.
Para mi sorpresa, al leer su correo electrónico, me fui dando cuenta que el plato en sí tiene un claro origen sefardí; que es en definitiva un plato centenario, ligado a nuestra cultura andaluza.
Es curioso que la costumbre en la familia de Mari Pepa y Manuel, siguiendo la tradición, es tomarla en día de Año Nuevo, según palabras textuales me indica que: Ésta sopa es muy reconfortante, sobre todo después de una cena copiosa y alegría de bebida como es Nochebuena.
Pero una vez la he probado, estoy totalmente segura que cualquier día es bueno para degustar ésta deliciosa sopa de albóndigas de bacalao.....¿Se animan a prepararla?
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
Un trozo de bacalao (unos 100 grms), un huevo, un limón, 1/2 litro de agua, una rebanada de pan, pan rallado (el que admita), medio vaso mediano de leche entera, dos dientes de ajo, una rama pequeña de perejil fresco (sólo las hojas) y sal. Harina y aceite de oliva virgen extra para freir las albóndigas.
LOS PASOS A SEGUIR:
Mantener el bacalao en agua durante 24 horas a fin de desalarlo (cambiar el agua en varias ocasiones durante éste tiempo). Escurrir bien.
Separar la clara de la yema del huevo.
En un cuenco echar la clara de huevo, el bacalao desmigado, el ajo y el perejil, la miga de pan, la leche y mezclar todo.