Ya sabéis que me gusta un evento bloguero más que a un niño una gominola así que me dije ¡claro que si! Además, la temática de este año era comida familiar o regional navideña, para conectar nuestras recetas con los recuerdos familiares y que tuviera una conexión más personal. ¡Me encanta!
Así que me puse a pensar en qué podría hacer, tenía varias opciones en mente tanto holandesas como españolas, pero no me decidía por ninguna...¡hasta que caí enferma con un trancazo de mil demonios! Supongo que el agotamiento y el hecho de que en mi trabajo hay una epidemia de enfermitos contribuyó a que, finalmente, cayera yo también. Y entonces pensé...¿qué es lo que más me apetece tomar ahora mismo y que es capaz de resucitar a un muerto? ¡Una sopa de picadillo diría mi abuela!
La sopa de picadillo, servida muy caliente, es un plato reconstituyente que nos entona el estómago, tiene una digestión muy fácil y favorece la hidratación del organismo. Es, además, el entrante ideal para la cena de Nochebuena en mi casa y para su preparación se aprovecha el caldo que nos haya podido sobrar de nuestra receta de puchero andaluz.
Ingredientes: Caldo (de puchero); 100 g jamón serrano; 1/2 pechuga pollo cocida; 2 huevos cocidos; fideos finos; pan tostado (opcional); hierbabuena seca.
Preparación: Poner el caldo a calentar. Cuando empiece a hervir, añadir los fideos, el pollo en trocitos, el jamón en daditos y hierbabuena y dejar cocer el tiempo indicado en el envase de la pasta. En el último momento añadir el huevo picado. Servir muy caliente con trocitos de pan tostado (si os gusta, a mi no jejejeje).
¡Os aseguro que después de tomarla me he sentido mucho mejor! Pues con esta receta de mi Nochebuena familiar participo en el Tercer Parrandón Navideño y aquí podéis ver las demás participaciones. ¡Gracias Angélica por pensar en mi!