La que recuerdo que le hacía mi madre con más asiduidad eran esas sopas de tomillo, aunque mi madre no le ponía el queso ni las gratinaba.Decía mi padre que esas sopas le ponían el “cuerpo en su sitio y le reconfortaba el espíritu”
Poner a hervir el agua, añadir el tomillo y dejar infusionar unos 10 minutos. Colar.Tostar las rebanadas de pan, restregar el ajo por ambos lados y rociar con un poco de aceite.
En recipientes individuales que puedan ir al horno poner unos 175-200 cc. de infusión de tomillo, dos rebanadas del pan troceado, cascar un huevo y poner una capa de queso rallado. Gratinar y servir con unas hojitas de tomillo.
NOTA: Son unas sopas ligeras, no son contundentes, a no ser que se le ponga más pan, pero eso a vuestro gusto. ** El tomillo mejor fresco, pero si es seco emplear menos cantidad. ** Las rebanadas del pan que no sean muy grandes, eso ya lo veréis al ponerlas con la infusión.