Es importante estudiar los fallos de memoria no solo desde un punto de vista concreto, comparando lo que hemos
Analizar la memoria desde el olvido tiene también una utilidad práctica, no sólo por el interés social que pueda tener sino por los problemas que puede ocasionar el olvido.
En “Cómo mejorar la memoria” hablamos de las consecuencias de los lapsus de memoria.
Por ejemplo, en temas legales, la memoria de los testigos, víctimas, jurados, jueces, etc; en temas políticos por las promesas incumplidas que se quedan relegadas al olvido; el sinsabor del suspenso en matemáticas que más tarde o más temprano termina por olvidarse.
Generalmente el olvido se define en función del tiempo, pero también hay que tener en cuenta el contenido.
Por ello hay que diferenciar entre la omisión de respuestas (errores de omisión) y la emisión de respuestas erróneas o recuerdos ilusorios, que llamamos errores de comisión.
La explicación más común a las causas del olvido, o fallos de memoria, es que se debe al decaimiento, pero cada persona tiene una “calidad” de memoria diferente tanto en cuanto a capacidad y en cuanto a sensibilidad al paso del tiempo.
El decaimiento de la memoria hace referencia a que ésta se deteriora, desvanece, se difumina… por efecto del paso del tiempo.
Aunque también hay otras causas para el olvido como puede ser la superposición de otros aprendizajes y la interferencia, que ampliaremos próximamente en otro artículo.
Es francamente interesante comprobar cómo puede haber competencia entre respuestas o dominancia entre ellas.
Y por último también es importante destacar la hipótesis del desaprendizaje que tanto se oye en televisión, y en boca de científicos renombrados. De forma breve lo podemos concretar diciendo que cuando aprendemos algo nuevo, al parecer desaprendemos lo anterior, pero al igual que todas las hipótesis, hay que confirmarla o refutarla.
El consejo de siempre es practicar y realizar ejercicios para mejorar la memoria.
Cuéntame si practicas de vez en cuando alguno