Quién no se preguntó tal vez alguna vez esta cuestión ¿Hay realmente una manera "estándar" de vivir que nos hace más felices? La moral cultural, que pretende un determinado estilo de sociedad, nos impone a veces una manera de vivir, de gozar, que no se corresponde con lo que es mejor para todos y cada uno de nosotros. Ya lo dijo Freud que cada ser humano tiene una forma de gozar diferente y, por tanto, todo lo impuesto, genera la enfermedad. Ni hay reglas, ni existe un manual (aunque sí se pretenda a veces) de cómo hay que hacer las cosas, cómo debe uno conformar su existencia...hay diferentes maneras y caminos y cada cual ha de construirse el suyo. Para ello, es importante conocerse a uno mismo y esto conlleva una implicación. Si algo se repite en mí y está estropeando mi vida, mis relaciones ¿no cree que es hora de que revise sus viejas creencias y se permita producir un nuevo pensamiento más acorde con su realidad? Es la idiosincracia de cada uno lo que nos hace enriquecernos en cada encuentro y tolerando las diferencias es como cada uno generará su “normalidad”. De modas e ideologías no se alimenta la felicidad. Laura López, psicóloga-psicoanalista