Quién siga mi blog sabe mi gusto por la cocina italiana y mis ganas de tener mi villa en la toscana con mi huerto y una vecina que prepare pasta fresca a diario y que me deleite con sus tradicionales platos, también valdría una casita por Sicilia, no pondría muchas pegas, la verdad. Hoy vamos a despedir la temporada de platos veraniegos con una pasta muy mediterránea, tomates, olivas y un buen aceite le aportan a este plato toda la frescura de la gastronomía del sur, siendo un placer al paladar del que lo degusta. La sencillez de los ingredientes y lo rápido de su preparación lo conviertenen un plato muy socorrido para momentos en los que disponemos de tiempo para cocinar pero no por renunciar a la buena mesa.
INGREDIENTES
300 gr. de spaghetti.
Un buen puñado de tomates cherry.
Un buen puñado de olivas negras sin hueso.
1 Cebolla.
Sal y pimienta.
Dos cucharadas de AOVE.
Queso parmesano para acompañar.
- Ponemos en el fuego una olla con abundante agua y una cucharadita de sal a hervir. Preparamos la pasta según instrucciones del fabricante.
- Cortamos la cebolla en juliana. Los tomatitos por la mitad y las olivas en rodajas finas. Colocamos una sartén al fuego con el aceite de oliva y sofreímos la cebolla hasta que comience a estar transparente, incorporamos entonces los tomates y las olivas, salpimentamos y freímos unos 15 min. a fuego medio/bajo.
- En un cuenco grande mezclamos enérgicamente todos los ingredientes y servimos con queso parmesano recién rallado.
Si nos gusta podemos acompañarlo de un par de anchoas picaditas y añadidas al sofrito unos minutos antes de retirar del fuego, controlando entonces el punto de sal, ya que las anchoas nos pueden dar un toque demasiado salado. También se puede acompañar de unas hojas de albahaca fresca por encima y añadirle también aceitunas verdes.
Creo que aunque llegue el otoño y después el invierno, no voy a poder sacar este tipo de platos de mi recetario, ya que me gustan tanto, me me resulta difícil no prepararlos!