Llevaba tiempo pensando en si podía escribir mi humilde opinión aunque con ello estuviera cavando mi propia tumba. Pero como profesional de la comunicación online me siento empujada y moralmente obligada a hacerlo, así que allá vamos...
En el colegio uno puede destacar por muchas cosas: por empollón, por torpe, por atlético, por alto, por gracioso, por gordito... o simplemente no destacar. Y luego había otro espécimen que, sin tener absolutamente ninguna cualidad por buena o mala que fuese, intentaba llamar la atención a toda costa. Sin otra premisa, el niño pesado de la clase tenía el único objetivo de hacerse notar.
Los niños crecieron y el pesado de la clase descubrió la herramienta perfecta para seguir siendo un cansino: TWITTER. Un lugar donde no hace falta tener amigos para que te escuchen y sepan que existes. Maravilloso ¿no?Todos conoceréis el famoso fenómeno de Juanfran Escudero #LaHoraMágica , un hashtag creado no se sabe muy bien con qué propósito más allá del de ofrecer un megáfono a cualquiera que se pase Twitter. En propias palabras de Juanfran Escudero, el proyecto nació "siendo una tontería". No profundizaré demasiado en su CV (podéis buscarlo en LinkedIn): se define como 'El Community Manager de las Celebrities', lo que en mi pueblo se conoce como HUMO (si no ¿por qué no indica quienes son sus clientes?).Más allá de la opinión que me merezca este 'profesional', lo cierto es que el fenómeno del #SPAMTAG (spam+hashtag) ha corrido como la pólvora y parece que se ha convertido en la panacea de aquellos que desean fervientemente coleccionar seguidores en Twitter, volvemos a decirlo, sin ningún otro objetivo. Y, como no, llegó al mundo de la moda. #FASHIONLADIES hace aproximadamente dos meses de la mano de la blogger Luba Dimitrova siguiendo la misma fórmula que #LaHoraMágica: 1. Haz RT de este tweet2. Sigue a quien hizo RT3. Ellos te seguiránAsí, sin más, como quien se va al parque a hacer cruising. He de reconocer que el hecho de que este fuera un #spamtag nicho (especializado en moda) prometía ser menos cansino, pero tras unas jornadas de observación descubres que el megáfono funciona como un teléfono roto: cada uno dice lo que le da la gana.Esto no es un ataque personal a nadie; respeto cualquier iniciativa llevada con ilusión, pero puede que llegue un día en el que Twitter decida poner límites a los #hashtags masivos y vacíos de contenido. De hecho, ya he observado varios casos en los que se han cerrado cuentas de usuarios. No hay que olvidar que Twitter nació con la idea de informar de la actualidad en tiempo real y que parte de su negocio se encuentra en los tweets patrocinados.
Tener una idea y llevarla a cabo es genial siempre que prime la calidad sobre la cantidad, aunque entiendo que en este mundo de locos en el que nos gusta acumular bienes y fans indistintamente decir esto es casi una utopía.