“Del polvo venimos y al polvo vamos”. No quiero que piensen que quiero traer extrañas connotaciones porno-religiosas, es la primera imagen que me vino cuando vi los “Sprout Pencil”, unos lápices de madera con semillas en su interior.
La cápsula de las semillas se sitúa en la parte superior del lápiz que cuando entra en contacto con el agua, las semillas se activan y brotan en unas dos semanas. Así cuando el lápiz es demasiado corto para seguir escribiendo, puede continuar su camino para reencarnarse en un árbol para volver a ser lápiz. Por lo siglos de los siglos…
Nota: no chupen el lápiz.