Una de las cosas que me atraía de Sri Lanka era la posibilidad de ver a tortugas desovar, así que hicimos parada en la Playa de Rekawa en la zona de Tangalle. Esta playa fue nombrada en 2006 como santuario de tortugas y no se permiten construcciones, así pueden venir a poner sus huevos tranquilamente. La " Rekawa Turtle Conservation Project " gestiona esta zona y se encarga de proteger a las tortugas que acuden a la playa.
Les hicimos una visita nocturna con la esperanza de poder ver alguna tortuga. Tras pagar 1000 rupias, una explicación y un video educativo estuvimos horas esperando. Tienen vigilantes en la playa así que cuando nos avisaron que una tortuga salía del agua nos dejaron bajar. Éramos un grupo bastante grande conducidos por los voluntarios del centro con una linterna roja y poniéndonos fuera del alcance de su mirada, con el fin de molestar lo mínimo posible.
Frente a nosotros había una tortuga verde enorme haciendo esfuerzos por hacer un agujero en la arena. Desgraciadamente, parece que no le gustó el sitio y al poco tiempo dio media vuelta de camino al mar. Nosotros permanecimos más de una hora, sentados en la playa a la luz de la luna con la esperanza de que otra tortuga decidiese venir, aunque no tuvimos suerte.
Nos habíamos quedado un poco con las ganas, así que al día siguiente decidimos ir el centro de conservación " Kosgoda Turtle Sea Conservation Project " situado en la carretera de Galle y que puedes visitar pagando una entrada de 500 rupias.
En él los voluntarios hacen una labor muy buena. Se encargan de proteger sus huevos hasta que nacen y pueden ser liberadas. Patrullan la playa buscando nuevos huevos que proteger...
Además, aquellas pobres que tienen piernas amputadas por las redes de pesca las recogen y las cuidan. También hacen el mantenimiento de las instalaciones del centro, que no son muchas ya que fue reconstruido después de que el Tsunami de 2004 arrasara con todo.
Tienen diferentes tanques con distintas edades. Es muy gracioso ver las tortuguitas chapoteando ahí dentro.
Como te las dejan coger, ese día descubrí que si a una tortuga verde le rascas la papada se queda en una especie de trance. Son tan monas...
En ambos proyectos, el dinero de las entradas es para mantener los proyectos funcionando e intentar ayudar a las tortugas. Así que en cierto modo es una forma de colaborar con nuestro granito de arena.