Comida gastronómica no consigue rimar con sueño tranquilo y reparador. Para tener un descanso correcto y sin sobresaltos nocturnos, se deben evitar las comidas copiosas, pero no sólo eso. Descubrir los alimentos que ayudan a facilitar la inducción del sueño, y aquellos que por el contrario lo impiden.
Cena ligera, sí, pero no exageradamente. Tampoco se trata de despertarse en mitad de la noche con un hambre voraz. Para evitar esto, se aconseja absorber una porción de azúcar lento con un bajo índice glicémico, como pan integral o con cereales, algo de pasta o de arroz integral, o legumbres. Además, estos glúcidos complejos facilitan el sueño y aumentan la concentración de las hormonas del sueño: la serotonina y la melatonina.
También hay otra serie de alimentos que se deben fomentar: los pescados grasos, las aceitunas, la nuez, y la colza. Todos ellos contienen ácidos grasos esenciales, ricos en omega-3, indispensables para el buen funcionamiento del cerebro. Sus beneficios para regular los cambios de humor, las emociones y los desarreglos del sueño, están demostrados.
Finalmente, todos hemos probado alguna vez tomarnos un vaso de leche caliente, en el momento de acostarnos. Sin embargo, los productos lácteos, como la leche, los yogures y los quesos blancos, también pueden favorecer el adormecimiento.
Alimentos que se deben evitar
A pesar de que pueda parecer evidente, es bueno recordar que por la noche, todos los excitantes (té, café, tabaco, alcohol) deberían estar prohibidos. Reemplazad el café por malta, y el té por otro tipo de tisanas calmantes a base de manzanilla, pasiflora, o melisa.
El consumo de otros alimentos menos conocidos por su lado “excitante”, deben dejar de ingerirse a partir del mediodía. Concretamente nos referimos al chocolate, la coca-cola, y las bebidas energizantes. Finalmente, se deben limitar los alimentos ricos en proteínas animales que aumentan la vigilancia y pueden perjudicar el sueño de las personas con insomnio.