Tenía un horrible barniz oscuro y brillante que debía desaparecer, sí o sí. Como pasa a menudo, se nos pasó hacer fotos del antes... Le dimos un lijado a fondo hasta dejarla en su color natural (aquí ya fuimos más precavidas y sacamos alguna instantánea).
Elegimos un color crema para darle un aire más romántico, previa aplicación de una mano de vela, y envejecimos con suave lijado hasta sacar la madera... ¡Con alegría!
¿Y sabéis dónde nos imaginamos esta moldura? Nosotras le vemos gran versatilidad... Sobre un cuadro...
En la balda de cualquier estantería o librería...
Exenta en la pared...
Rematando una puerta...
Un trabajo frugal, pero efectivo... Ya lo hemos dicho..., la fortuna está en encontrar una pieza con encanto, ¿no creéis?
De nuevo nos sumamos a la convocatoria de Marcela, de Colorín Colorado, y su Finde Frugal, donde cada viernes tenemos la oportunidad de compartir experiencias y creatividad a manos llenas. ¡Nos vamos a ver las demás propuestas!
¡Feliz fin de semana!