Cada vez que vamos al médico o que por alguna razón tenemos que comentar nuestros antecedentes médicos se nos pregunta si sufrimos de algún tipo de alergia. Y es que las alergias son algo mucho más frecuente de lo que pensamos, incluso podemos llegar a ser alérgicos a algo sin darnos cuenta.
Cuando nos referimos a una alergia nos estamos refiriendo a la hipersensibilidad que se sufre en la exposición de algunos alergenos concretos que hace que se reaccione de una forma mucho más intensa.
Con el paso del tiempo, la contaminación y el avance de muchas industrias, las alergias se han expandido haciendo que cada vez sean más las personas que detectan que lo sufren. El aire que respiramos cuenta con mucha polución, algunos alimentos son fabricados con elementos artificiales y conservantes, el tabaquismo y otras circunstancias llevan a que la alergia se haga presente ya que impulsan cada vez más a que nuestro sistema inmunológico sea capaz de luchar con todas esas bacterias y virus entre otros factores químicos.
Si tenemos que hablar de las causas que hacen que puedas padecer de alergia podríamos decir que hay una cuestión genética, que aparece sobre todo en los niños cuando su madre o padre sufre de ello. El tabaquismo o la exposición a ambientes contaminados o con agentes químicos son otros de los motivos y causas que pueden llevar a padecer de alergia. También la ingesta de alimentos específicos sobre todo aquellos que llevan aditivos como los colorantes, conservantes, antioxidantes entre otros.
El contacto con animales, las plantas y el polen, los insectos y el polvo podrían ser causantes de algunas alergias.
Como verás los motivos son muy variados porque así de variadas son las alergias. Entonces, ¿Cómo saber si estamos sufriendo de una alergia o no?
De los síntomas más frecuentes que se viven se destacan en lo que se refiere a las alergias respiratorias las dificultades y obstrucciones para respirar que podrían llegar a desencadenar un asma o una rinitis. En cuanto a las alergias cutáneas generalmente se ven por la sensibilidad de la piel frente a algunos casos concretos como la dermatitis atópica, la urticaria, reacciones a la exposición al sol, entre otros.