Pasarás por momentos de profundo dolor pero también por otros más tranquilos. Aprovecha estos últimos para descansar o evadirte. No te sientas culpable cuando pases por momentos en los que solo estés aturdido y tengas la sensación de que ya no estás triste.
Si has perdido el apetito, intenta comer aquellos alimentos que te gustan y no te saltes ninguna comida. Puedes programar almuerzos y cenas con familiares y amigos para “obligarte” a comer aunque no te apetezca.
Hablar de esa pérdida es fundamental. Verbaliza tus sentimientos y emociones y busca el apoyo de familiares y amigos.
En algunos casos puede resultar beneficioso buscar una asociación o un grupo de apoyo integrado por personas que hayan pasado por una experiencia similar. Infórmate.
Durante esta difícil etapa de tu vida no te esfuerces por hacer cosas que no quieras hacer. No quedes con alguien que no quieras ver solo por compromiso ni vayas a ningún sitio al que no quieras ir.
Haz un esfuerzo y haz ejercicio. Si te sientes abatida y cansada y no tienes la energía suficiente para practicar deporte o realizar grandes esfuerzos, puedes pasear. Se trata de un buen ejercicio físico y, además, te permitirá reflexionar con calma.
Guarda objetos que no te gusten o te traigan tristes recuerdos, no dejes que la menlancolía se paodere de ti. A veces, pequeños cambios –comprar velas, un almohadón de colores o apostar por más objetos blancos que nos aporten serenidad- pueden mejorar nuestro estado de ánimo.
Cambia tu ritmo de vida, busca actividades que te produzcan satisfacción, como pintar, cocinar, leer o escribir.
Eso sí, recuerda los buenos momentos vividos al lado del ser querido y sus grandes virtudes. Piensa que has tenido la gran suerte de conocer a alguien tan especial. Comparte estas reflexiones con otras personas que también lo querían.
Haz algo que le hubiera gustado hacer con esa persona. Dona libros a una biblioteca, hazte socio de una fundación o de una ONG que defienda una causa importante para él, organiza un acto de homenaje, o simplemente vete de vacaciones y libérate.
Llevar a cabo una actividad de voluntariado o, simplemente, ayudar a alguien conocido que está pasando por una situación difícil te permitirá sentirte mejor.
Fuente: MSN