Desde la escuela, a muchos, se nos ha enseñado a ser conformistas, mediocres y malos competidores. A tener un mínimo de nota para poder pasar los cursos. A tener que estudiar más unos cursos que otros y, no los que más nos gustan, sino, los que la institución considera más importantes. A compararte con los demás, a ver en qué eres mejor que otros.
Si eres bueno en todo, los profesores te adorarán, pero muchos de tus compañeros te mirarán mal. Y esto es porque si no eres bueno en todo te van a comparar con el que sí lo es, te van a regañar porque no estudiaste lo suficiente y eso te va a hacer sentir mal.
Lo peor es que esto no pasa solo en la escuela, pasa en todos lados. Por eso en muchos casos hasta nuestros familiares y amigos son así con nosotros, nos critican hagamos bien o mal las cosas, y ellos creen que está bien. Pero no se dan cuenta que, lo que hacen, no es de mucha ayuda. Al parecer ni nosotros, porque terminamos haciendo lo mismo con ellos.
Es por eso que poco a poco desde temprana edad, muchos de nosotros vamos adoptando una de estas posiciones, sino ambas.
- Nos volvemos conformistas y mediocres, y solo vivimos pasando las cosas con las justas.
No luchamos por mejores cosas, porque si lo hacemos, tenemos el mal recuerdo de la escuela en donde así hagamos todo, algo o nada; estamos mal en algún punto de vista. - Nos volvemos malos competidores en el sentido de que envidiamos y hablamos mal de aquella persona que va en una mejor posición que nosotros.
Somos capaces de hasta cometer malas acciones, con tal de superarla o por lo menos hacerla quedar mal.
¿Qué hacer al respecto?
Primero que nada, darnos cuenta que si no hay gente que nos critica, tanto para mal como para bien, no estamos creciendo.
Debemos dejar de criticar y hablar mal de los demás a menos que hagamos algo al respecto para ayudarlos que no infrinja sus derechos.
Nosotros somos tanto nuestros peores enemigos como nuestros mejores amigos, a quien debemos criticar y ayudar primero que nada es a nosotros.
Debemos ver a los que son mejores que nosotros (en lo que te dediques o quieras dedicarte) como una referencia, no como una competencia a la que “tenemos que ganarle o si no somos unos fracasados”.
Si quieres lograr algo muy grande, ser reconocido o ayudar a muchos. Toma como referencia a los mejores, no necesariamente a tus “competidores” directos.
- Por ejemplo, si te dedicas al atletismo y “lo mejor” para ti es ser el mejor en ello, no debes tomar como referencia a las personas con quienes corres siempre, sino a los que mejor corren en el mundo en la categoría en la que estás. Al tener esa referencia, vas mejorando mediante pequeñas metas que superen tu tiempo actual hasta buscar llegar a tu meta principal que es la de tu referencia. También puedes averiguar de los que corren más rápido que tú, cuales son sus entrenamientos y qué hacen para ser mejores. Buscar igualarlos y luego superarlos buscando vallas más altas. Esto es competencia sana.
Debemos buscar superarnos a nosotros mismos.
Nunca vamos a ser perfectos, nunca vamos a ser los mejores en todo lo que hagamos, pero debemos ser lo mejor que podamos de acuerdo a lo que queramos llegar a ser.
“Lo mejor” no necesariamente significa ser el mejor del mundo, sino, ser lo mejor para ti. En donde tú te sientas bien contigo mismo, en donde tú estés logrando lo que quieres lograr; eso es lo mejor.
Nada de esto es fácil, es algo que requiere bastante esfuerzo, constancia, determinación, optimismo, etc. Debes querer y estar determinado a remplazar viejas creencias erróneas y malos hábitos. Debes tomarte un tiempo para pensar, meditar, tomar decisiones. Nadie dice que lo hagas de la noche a la mañana, pero EMPIEZA de una vez con algo. Poco a poco pero cada vez con más fuerza hasta llegar a donde consideres que sea tu equilibrio.
Te dejo con estas líneas de Robin S. Sharma:
Supérate a ti mismo | Artículo" href="http://bufferapp.com/add" onclick="javascript:_gaq.push(['_trackEvent','outbound-article','http://bufferapp.com']);" class="buffer-add-button">emailprintNo hay nada noble en ser superior a otra persona. La verdadera nobleza radica en ser superior a tu antiguo yo.
Si quieres mejorar tu vida, debes correr tu propia carrera. No importa lo que la gente pueda decir de ti. Lo importante es lo que te digas a ti mismo. No te preocupes de las opiniones ajenas siempre y cuando sepas que estás haciendo lo correcto. Puedes hacer lo que gustes mientras a tu conciencia y a tu corazón les parezca justo. No te avergüences de hacer lo que consideras correcto; decide lo que está bien y aférrate a ello. No caigas en el hábito de medir tu propia valía en función de la valía de los demás. -Robin S. Sharma
Apasionado del Desarrollo Personal, el Equilibrio en la vida, correr autos y practicar el golf. Buscando aportar mi granito de arena.