Qué difícil llega a ser, en ocasiones, la comunicación con nuestros mayores: sus problemas cognitivos, unidos las más de las veces a las deficiencias sensoriales propias de la edad, pueden llegar a convertir una breve charla en toda una pesadilla...
Hoy vino a verme una pareja de avanzada edad. Ella era la paciente, por lo que concentré todo mi diálogo en su dirección, hasta que su marido me detuvo diciéndo:
-. No se moleste, no puede entenderle.
-. ¿?
-. No... Hace años tuvo una infección muy fuerte y tuvieron que hacerle un implante coclear. Desde entonces escucha de un modo diferente a nosotros: oye unos sonidos que ella no se ha molestado en aprender a interpretar. Es como aprender un idioma nuevo, y a su edad no es fácil...
De pronto ella, quién había estado observandonos con gran atención, nos interrumpió diciendo:
-. Ya habéis terminado de hablar de mí? Bien, pues ahora me gustaría decir algo- exclamó mientras señalaba a su marido: "... Doctor: él bebe!... Y sus padres murieron por culpa de la bebida!".
Tras retomar, que no fue fácil, la dirección de una consulta que ya alcanzaba su fin, la paciente volvió a sorprenderme con una pregunta:
-. Es Ud. de Lugo?
-. No... ¿?
-. Es que una buena parte de mi familia es de Lugo, y a muchos de ellos no les conozco...
-. Ah! ¿?¡!