Hay un debate abierto sobre el supuesto peligro de que vayan a celebrarse las Olimpiadas en Río de Janeiro (Brasil) el próximo mes de agosto. Preocupa el posible impacto en la salud pública de la epidemia del virus zika. Existe una corriente que critica que se mantengan la fecha y el lugar elegidos y cuestionan la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Comité Olímpico Internacional (COI).
Hace poco se ha presentado una carta abierta firmada por 223 académicos, la mayor parte de ellos estadounidenses, que piden a la directora de la OMS, Margaret Chan, que los Juegos se pospongan o se cambien a otra sede. Consideran que la decisión está basada en la evidencia y que la ciencia, la salud pública y el espíritu del deporte son lo primero.
Teniendo en cuenta la salud pública y las consecuencias éticas, no hacerlo es irresponsable”, argumentan.
Para otros académicos las “Olimpiadas brasileñas” son víctimas de una campaña de miedo infundado, aduciendo sin fundamento que tras los asistentes volverán a sus países con el virus del zika a cuestas y lo difundirán entre su población.
Esta posición se suma a los ataques que ha sufrido Brasil en los últimos meses y que culminaron con el golpe de estado a la estabilidad democrática en ese país, además de hacer gala de ignorancia sobre principios básicos de epidemiología“, comentan desde la Redbioética.
Esto último es desmitificado por un artículo titulado Una medalla de oro en la exaltación del miedo. Piensan que la OMS reaccionó de manera exagerada al declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional el caso del zika. Y creen que hay indicios de que la epidemia está remitiendo y seguirá así durante los meses de verano en los que van a celebrarse los JJ.OO.
Nuria Homedes, profesora de Salud Pública de la Universidad de Texas con la que tuve la suerte de coincidir hace unos años en Venezuela, en un congreso sobre el fenómeno del disease mongering o tráfico de enfermedades, también desmiente las falacias escondidas en la carta abierta a la OMS y el COI.
Homedes escribe que el virus del zika causa daños leves y sólo en algunos casos hace poco tiempo que se ha descubierto que también puede provocar enfermedades neurológicas que son de especial gravedad cuando afectan a los fetos de las mujeres embarazadas. Por eso es conveniente no viajar a zonas en las que pueda contraerse el virus.
Pero esta profesora está en contra de posponer los Juegos porque se celebran en el invierno brasileño y la posibilidad de contagios se encuentran en su nivel más bajo, entre otros motivos.
Quien también ha entrado al debate es la Sociedad Brasilera de Bioética.
Para este organismo es una necesidad inequívoca para atacar las principales razones de la amplia difusión del vectores del virus zika mejorar con urgencia las condiciones de salud y sociales que facilitan estas y otras enfermedades emergentes y reemergentes.
Es decir, combatir la pobreza en la que viven multitud de personas en las zonas afectadas.
Y recuerdan que los mismos riesgos que ahora se barajan se produjeron durante la epidemia de dengue anterior a la Copa del Mundo de fútbol de 2014, cuando más de un millón de turistas viajaron a Brasil. A pesar de que el dengue es más frecuente que el zika y puede ser más graves, no se produjo ningún movimiento tendente a la suspensión o el aplazamiento de dicho evento deportivo.