El otro día nos hicimos con un pequeño banquito blanco, sucio, destartalado y lleno de encanto. Era tan mono y sencillo que se vino con nosotras, ¡ya veríamos para qué!. Y fantaseando con cómo lo decoraríamos, en dónde lo situaríamos, qué uso le daríamos..., nos vino la misma idea a la mente; le colocaríamos una planta y lo dejaríamos tal cual, con su aspecto desvalido y descuidado. Así nació para nosotras otra de esas parejas de enamorados que hacen historia, la de Taburete y la planta. Es tan perfecto este dúo y tan decorativo, que puede situarse en cualquier lugar de la casa, ascendiendo de este modo a este asiento auxiliar a mueble de primera categoría. Y es que aquí en nuestro blog ¡siempre triunfa el amor! Foto Foto Foto Foto Foto Seguimos con nuestra máxima decorativa: ¡¡"Coge todo lo que encuentres, que ya le sacarás su punto estético"!! ¿No creéis?