Murakami, al que no le importa que le denominen el 'nuevo Warhol japonés', es conocido internacionalmente por mezclar el arte tradicional japonés, el anime (animación) o el manga (cómic) con movimientos artísticos como el Pop americano y el Surrealismo europeo.
Nacido en Tokio en 1962, es uno de los más influyentes y aclamados artistas contemporáneos del siglo XX, debido a la creación de un amplio y particular espectro de trabajo que une el arte, el diseño, la animación, la moda, y la cultura popular. Curiosamente tras terminar sus estudios en la prestigiosa Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio, decidió hacer el doctorado sobre el Nihonga, un tipo de pintura tradicional japonesa perteneciente al siglo XIX y que mezcla las tradiciones oriental y occidental. Es precisamente este concepto de la singular mezcla de dos mundos tan diferentes lo que ha prevalecido siempre en su obra, pero quizá debido a su juventud, de una manera mucho más actual.
Su particular mundo creativo navega entre los signos de la actual cultura popular japonesa, plasmada en corrientes tan extendidas como el anime (animación) o el manga (cómic). Pero con grandes dosis de pop totalmente americano y surrealismo europeo.
Del movimiento Pop no solo ha heredado una estética llamativa de colores planos y juegos con textos o logotipos, sino toda una idea mercantil de la producción en serie. Con su empresa KaiKai Kiki, nombre tomado de las palabras japonesas para 'extraño' y ‘elegante’, con sedes en Tokio, Saitama y Nueva York, ha creado un autentico emporio que comenzó con la asistencia en la producción del trabajo de Murakami. Pero hoy por hoy, aparte del trabajo directo con el artista, esta macro empresa representa a un buen numero de jóvenes creativos, patrocina una feria de arte en Tokio, produce y promueve mercancías que van desde balones de fútbol a trajes de etiqueta, y desarrolla proyectos de colaboración entre diferentes firmas.