La expresión libre sin buscar validación de los demás favorece la movilización de recursos interiores, el desarrollo y el cambio La educación creadora establece unas condiciones que permiten el desarrollo y la expresión en un espacio de seguridad y presencia.
Hace unas semanas una compañera, Vega Marín, se puso en contacto conmigo:
- Yoli, estas semanas empiezo con los ciclos de formación para profesionales en “Principios de la Educación Creadora” . Dentro de la formación, realizamos observación de los diferentes talleres que realizamos para niños y adultos y necesitaríamos voluntarios. ¿Os animáis?
- Sí sí, cuenta con nosotros.
Yo encantada claro. Llevaba tiempo con muchas ganas de llevar a mis hijos a este espacio pero con el ritmo un poco frenético del curso escolar, no terminaba de encontrar un hueco para organizarme.
La actividad consiste en participar en varios espacios (pintura, arcilla y taller de movimiento) para que las personas que están en formación pudieran realizar una observación de la intervención que se hace.
-Ya sabes que tenemos varias pautas; una de ellas es que si vienen los dos hermanos, es mejor que participen en talleres por separado.
- No hay problema- le digo.
De esta forma, durante esta semana acuden todos los días a una sesión de una hora de duración para realizar el taller: el niño al de arcilla, la niña a pintura y ambos (aunque en horarios diferentes) de movimiento.
Además de esta primera pauta que os he comentado (que no coincidan en el mismo espacio), existen otras que a primera vista pueden parecer chocantes y que sobre todo se diferencian de otros espacios:
- Ausencia de juicio o búsqueda de reconocimiento
- Se eliminan las comparaciones para que cada persona realice su propia búsqueda personal.
- Las actividades ser realizan con el propósito de expresarse y no por el producto final que se consiga (dibujo, coreografía o escultura)
- Los productos finales no pueden salir del espacio de aprendizaje.
- Uso del juego como espacio de expresión, investigación y desarrollo personal.
Y una que a mi me gusta especialmente: la labor de la profesional que dinamiza la actividad como una figura que asiste, acompaña y trasmite su presencia en el espacio de aprendizaje.
La presencia como facilitadora de la expresión, evolución y cambio.
Una línea de aprendizaje y desarrollo muy recomendable sobre la que os invito a leer e investigar.
Yolanda P. Luna