Los del yoga son de una manera así como ascética. Bien.
Los cristianos de otra un punto ladeada hacia la bondad excesiva, al menos en apariencia. Bien.
Los sufíes tienen el estilo de un amante apasionado y exquisito con sus manos y espíritu repletos de vino y rosas. Bien.
Los cabalistas tirando a racionales y científicos dentro de la obvia imposibilidad de reducir tan sólo a ciencia el plano del espíritu. Bien.
Los chamanes se encargan del trato y comercio con las entidades del mundo intermedio. Bien.
Se podría decir que los taoístas son la élite de la élite de puro reducidos a nada, silencio y sombra. Bien.
Los tibetanos, expertos exploradores de la conciencia, paso a paso. Bien.
Y que el buen dios se encargue del resto que para eso le ha tocado el papel de ser Dios.